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Fabricante chino de baterías de Tesla explora sitios en México

Contemporary Amperex Technology (CATL) de China, invertiría hasta 5,000 millones de dólares en fábricas de baterías para autos eléctricos en Ciudad Juárez y Saltillo

Contemporary Amperex Technology (CATL) de China, el mayor fabricante mundial de baterías para vehículos eléctricos, está considerando al menos dos ubicaciones en México para una planta de fabricación que pueda abastecer a Tesla y Ford.

El fabricante de baterías evalúa Ciudad Juárez y Saltillo, ambos cerca de la frontera con Texas, con una inversión de hasta 5,000 millones de dólares en el proyecto, según personas cercanas a las deliberaciones.

Ciudad Juárez es atractiva, en parte, porque está cerca del puerto de entrada de San Jerónimo-Santa Teresa en el estado estadounidense de Nuevo México.

Esto proporcionaría una ruta alrededor de los cruces fronterizos de Texas, que es el lugar de la nueva fábrica de Tesla, pero en los últimos meses ha tomado medidas que complicaron el envío y la entrada a Estados Unidos.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, aumentó en abril las inspecciones de vehículos comerciales, expresando sus deseos de tomar medidas enérgicas contra el tráfico ilegal de drogas y la inmigración.

Pero el análisis realizado por un organismo de investigación económica, encontró que le costó a la economía del estado más de 4,000 millones de dólares en producción perdida, debido a demoras en el envío y bloqueo de puentes.

CATL, como se conoce a la empresa con sede en Ningde, China, también está considerando dividir su inversión en dos ubicaciones: una en Estados Unidos y otra en México, dijeron las personas.

No se ha tomado una decisión final y el tamaño total de la inversión es fluido. Bloomberg informó en marzo que la inversión podría construir una fábrica de 80 GW-hora.

Una presencia ampliada en América del Norte podrían inquietar a los funcionarios estadounidenses que están interesados en apoyar a los proveedores nacionales.

El presidente Joe Biden está asignando miles de millones para apoyar la cadena de suministro de baterías de Estados Unidos para reducir la dependencia de la industria automotriz de China.

Pero esos esfuerzos tardarán años en dar sus frutos a través de nuevas empresas estadounidenses y asociaciones con empresas coreanas y japonesas.