Los representantes encargados de la Competencia y regulación antimonopolio de los países del G7 decidieron colaborar en la implementación de regulaciones con enfoque internacional para abordar los desafíos de competencia en el sector tecnológico.
Al concluir su reunión en Tokio este miércoles, los delegados de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido emitieron una declaración conjunta histórica en la que reconocen tanto el potencial de la innovación tecnológica como los riesgos asociados.
La economía digital está experimentando un rápido cambio impulsado por avances tecnológicos como la inteligencia artificial (IA), el blockchain y el metaverso, que están generando un rápido crecimiento en ciertos mercados y economías.
El G7 considera que es necesario establecer regulaciones proactivas para abordar estos cambios.
Si bien las nuevas y disruptivas tecnologías pueden promover mercados más competitivos, también presentan el riesgo de perjudicar la competencia si unas pocas empresas adquieren un control dominante a través de fusiones y conductas anticompetitivas hacia sus competidores, como se señala en el comunicado.
Los miembros del G7 reconocen que la falta de acción puede resultar especialmente costosa en estos mercados, ya que el poder consolidado puede frenar la innovación y distorsionar el camino hacia adelante. Por lo tanto, consideran crucial establecer regulaciones anticipadas y hacerlo de manera coordinada para abordar estos fenómenos.
Las autoridades de Competencia del Grupo de los Siete han acordado compartir sus conocimientos y experiencias relacionadas con sus respectivas regulaciones y fortalecer su cooperación para avanzar en esta dirección y abordar posibles desafíos.
‘Las operaciones comerciales en la economía digital a menudo trascienden fronteras y plantean desafíos de competencia y monopolio similares. Por lo tanto, creemos que es esencial fomentar una estrecha cooperación internacional para promover prácticas justas en las industrias pertinentes’, agregaron.
La presidencia japonesa del G7 ha dado especial importancia a estas cuestiones, dada la creciente preocupación por el dominio de las grandes empresas tecnológicas en el mercado, lo que ha llevado a varios países a revisar sus regulaciones en años recientes.
