Huawei ha generado preocupación entre políticos desde Washington hasta Tokio al presentar un smartphone de 900 dólares que destaca el rápido avance de China en la tecnología de semiconductores.
Este acontecimiento también ha puesto en el centro de la atención a la empresa menos conocida que fabricó el chip para Huawei, en medio de la pugna entre Estados Unidos y China por la supremacía geopolítica.
El éxito en la entrega de un procesador avanzado de 7 nanómetros a Huawei desató celebraciones en el país y provocó acusaciones partidistas en Washington por un presunto fracaso.
Legisladores estadounidenses y expertos de la industria están instando a la administración del presidente Joe Biden a tomar medidas más enérgicas, incluso a riesgo de intensificar las tensiones entre Estados Unidos y China.
‘Una vez que esto se haga público, no hay mucho que puedan hacer, excepto ser mucho más firmes con SMIC’, afirmó Douglas Fuller, profesor asociado de la Escuela de Negocios de Copenhague.
El gobierno estadounidense ha afirmado que su estrategia de chips no apunta a los smartphones chinos, sino a sus capacidades militares. Los semiconductores constituyen la base de la industria tecnológica y posibilitan desde modelos de inteligencia artificial y cómputo en la nube hasta drones, tanques y misiles.
Hasta el momento, las acciones de Huawei han aumentado un 22%, o aproximadamente 5 mil millones de dólares en su valor de mercado, convirtiéndose en la tercera con mejor desempeño en el indicador de referencia para las empresas chinas que cotizan en Hong Kong.
‘Esto marca un éxito en la progresión de los semiconductores en China’, escribieron en un comunicado los analistas de Bloomberg Intelligence, Charles Shum y Sean Chen. ‘El chip demuestra que el gigante tecnológico chino está avanzando, logrando mejoras para eludir las sanciones de Estados Unidos mientras busca silenciosamente la autosuficiencia tecnológica’.