A medida que la tecnología avanza en 2024, los desafíos en ciberseguridad se intensifican.
La escasez de profesionales en el sector, los ciberataques geopolíticos y las vulnerabilidades en aplicaciones móviles y cascos de realidad virtual estarán en el centro de atención, todo ello bajo la creciente influencia de la inteligencia artificial.
Las ciberestafas evolucionarán hacia la complejidad y sofisticación, con el ransomware emergiendo como una de las principales amenazas.
Este software malicioso toma el control de los equipos del usuario, exigiendo un rescate a cambio de recuperar el control y la información.
En 2024, se vislumbra una ‘nueva era’ de cibercrimen avanzado, con la inteligencia artificial como protagonista en la transformación de las reglas del juego.
El crecimiento de las operaciones de ciberdelincuencia como servicio (CaaS) y la introducción de la inteligencia artificial generativa proporcionan a los actores amenazantes herramientas adicionales para perpetrar ataques más selectivos y sigilosos, eludiendo controles de seguridad más estrictos.
La IA se incorpora al escenario de la ciberseguridad, siendo utilizada por ciberdelincuentes para desarrollar ataques más sofisticados.
La automatización de herramientas de phishing en la internet oscura aumentará, inundando correos, teléfonos y dispositivos inteligentes.
Además, el vishing, basado en la voz y respaldado por la inteligencia artificial, suplantará identidades a través de llamadas telefónicas para obtener información personal y sensible de las víctimas.
El uso desenfrenado de códigos QR y cascos de realidad virtual y mixta se convierte en otro foco de ciberseguridad en 2024.
Se anticipa que investigadores o piratas informáticos encontrarán formas de acceder a datos de sensores en auriculares, recreando entornos de juego y potencialmente robando información valiosa, como el diseño y ubicación exacta de hogares.
A pesar de los avances en tecnología de seguridad, las ciberamenazas continuarán aumentando en frecuencia y complejidad en 2024, destacando el ransomware como una amenaza principal, especialmente en sectores como la administración pública, salud y retail.
Además de los desafíos tecnológicos, la falta de talento en ciberseguridad se presenta como un obstáculo significativo, con una escasez de más de 25,000 profesionales especializados solo en España.
Aunque las amenazas persistan, las organizaciones desempeñan un papel crucial en esta lucha. La creación de una cultura de ciberresiliencia se vuelve esencial, convirtiendo la ciberseguridad en una responsabilidad compartida.
A pesar de la continua evolución de las ciberamenazas, las organizaciones tienen la capacidad de defenderse y contrarrestar los ataques, haciendo hincapié en la importancia de la educación y concienciación del factor humano, que sigue siendo el eslabón más débil de la cadena de seguridad.
Además del sentido común, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) sugiere algunos consejos para la protección, como informarse sobre fraudes en línea, evitar proporcionar datos de manera indiscriminada, investigar antes de realizar compras en línea, utilizar métodos de pago seguros y diversificar contraseñas.
El año 2024 se presenta emocionante en términos de ciberseguridad, con la inteligencia artificial desempeñando un papel crucial tanto en la defensa como en los ataques. La continua investigación, desarrollo y protección se vuelven fundamentales en este panorama dinámico.