En su último intento por demostrar a los inversionistas que la estrategia de recuperación de Intel está en marcha, la compañía ha sufrido una caída de 27,000 millones de dólares en su valor de mercado, lo que ha ampliado aún más la brecha entre el fabricante de chips y sus competidores.
Esta caída ocurre en un momento en que Intel lucha por capitalizar la demanda de los inversionistas en el campo de la inteligencia artificial.
La empresa ha experimentado una disminución del 15% desde una actualización del 2 de abril sobre su división de fundición recientemente escindida, revelando una perspectiva poco alentadora sobre las pérdidas operativas en dicha unidad.
Esto ha llevado a una caída del 25% en lo que va del año, un retroceso marcado en comparación con su aumento del 90% en 2023, y considerablemente detrás de los sólidos rendimientos de sus competidores, como Nvidia y Advanced Micro Devices. Además, Intel se ha convertido en la segunda acción con peor desempeño en el Índice de Semiconductores de Filadelfia este año.
Esta última decepción se suma a las preocupaciones de los inversionistas sobre la empresa con sede en Santa Clara, California. Entre ellas, se encuentra la incapacidad de Intel para responder a la amenaza competitiva que representa Nvidia en el lucrativo mercado de chips para centros de datos.
Nvidia ha ganado terreno frente a Intel, especialmente en lo que respecta a los llamados aceleradores de inteligencia artificial. También existe la preocupación de que el mercado de procesadores para computadoras personales esté cada vez más saturado y no experimente un crecimiento significativo.
