Intel se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y eliminar sus residuos para el final de la década, según explicó el sitio tecnológico The Verge.
La empresa, que informó que ya alcanzó muchos de los objetivos que se había fijado para 2020, ahora está reciclando más del 90% de su basura y no envía ningún residuo peligroso a los vertederos.
La cantidad de gases de efecto invernadero que bombea disminuyó aproximadamente un 30% desde 2010, aunque sus emisiones anuales se han incrementado un poco cada año desde 2016, a medida que el negocio ha ido creciendo, lo cual, según la empresa, ha ahorrado 44,000 millones de galones en la última década.
Intel planea reducir otro 10% el dióxido de carbono que proviene de sus fábricas y que se genera por el uso de electricidad. El año pasado, estas emisiones fueron de 2.79 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono –menos de lo que una planta de carbón podría comprar en un año. Ahora, compra la suficiente energía renovable para cubrir más del 70% de su uso de electricidad en todo el mundo, incluyendo todas sus operaciones en Estados Unidos y Europa.
Pero la mayor parte de la contribución de Intel a la crisis climática proviene de sus emisiones indirectas, es decir, las que se generan a lo largo de la cadena de suministro de sus productos o las que se liberan como resultado de que los consumidores utilicen esos productos.
En 2019, las emisiones indirectas de la compañía tecnológica ascendieron aproximadamente a la misma cantidad de dióxido de carbono que más cinco plantas de energía a carbón emitirían en un año.
Abordar estas emisiones sería un desafío mayor, lo que Intel dice que está haciendo al trabajar para que sus productos sean más eficientes en cuanto le energía. Ha hecho algunos progresos en este campo, pero no tanto como se esperaba.
Las portátiles de Intel se han vuelto 14 veces más eficientes desde 2010. Los productos de su centro de datos son una hora 8.5% más eficientes. Pero eso no alcanza el 25% de mejora en la eficiencia energética que se había propuesto para ambas líneas de productos en este año.
Intel también espera trabajar con los fabricantes de PC para que compren sus chips y así reducir la huella de carbono de la computación.
‘Creemos que podemos llevar esto a un nivel totalmente diferente al considerar los factores de sostenibilidad; sabemos que nuestros clientes en este espacio también tienen fuertes aspiraciones, así que pensamos que hay una gran oportunidad de colaboración’, dijo la compañía.
Reducir los residuos ha sido otra forma en que compañías como Intel y Dell han buscado reforzar sus credenciales ecológicas. Intel ahora envía menos del 1% de sus residuos peligrosos a los vertederos, encontrando formas de reutilizarlos o tratarlos para que dejen de ser tóxicos.