El mundo empresarial, en la actualidad, se ha caracterizado por la innovación digital, ya sea a través de la automatización, la robótica, el internet de las cosas o el big data, y el sector financiero no es ajeno a esta transformación.
Hoy en día escuchamos hablar sobre Inteligencia Artificial (IA) como un aliado del negocio, cuyo impacto puede verse reflejado directamente en la productividad interna y en la calidad y oportunidad del servicio al cliente.
Todas estas transformaciones obligan al sector financiero a fortalecer su presencia de marca ofreciendo más y mejores servicios y productos, orientados a satisfacer las expectativas de los diversos usuarios.
Tendencias
Cabe destacar que el 86% de las empresas encuestadas, dedicadas a servicios financieros y banca, actualmente utilizan tecnologías de IA, mientras que el 14% restante planea usarlas para 2020.
El departamento de TI es quien más se está apoyando de esta tecnología, principalmente para detectar y disuadir las intrusiones de seguridad.
La Industria Financiera es uno de los sectores más sensibles, al que se le exige mayor calidad en el resguardo y confidencialidad de su información, en un ambiente de seguridad, confiabilidad y con extraordinarios tiempos de respuesta y sobre todo, disponibilidad total, en términos de espacio y tiempo.
Sin embargo, también observamos que, áreas como contabilidad, marketing y servicio al cliente adoptan cada vez más a la Inteligencia Artificial, además de los avances tecnológicos se suma a las necesidades de los usuarios.
Esto ha orillado a los bancos a invertir en iniciativas de IA. Por ejemplo, en 2015 la industria gastó un promedio de 77 millones de dólares por compañía.
Si miramos al futuro a mediano plazo, se espera que para 2020 esta suma se incremente a 99 millones de dólares en promedio por compañía.
Es tiempo de mirar hacia la IA
El sector se está moviendo, sin embargo, hay que apresurar las decisiones, innovar y arriesgarse a probar soluciones de IA que les garanticen que la información, la calidad y eficacia de sus procesos, la lealtad ante sus clientes, eficiencia en el servicio, pueden analizarse con datos estructurados, no estructurados.
También hay que considerar que el aspecto cognitivo de dichos usuarios ante ciertas variables, lo que nos ofrece una enorme cantidad de posibilidades que nos facilitarán al toma de decisiones.
Esto también nos permitirá ajustar estrategias de atención, prospección, motivación, preferencias y continuidad en el consumo de productos y servicios, considerando el tipo de usuario, edad, ámbito socio cultural, ubicación geográfica y estacionalidad, entre otros.
Por Adriana E. Torres Nava, Country Head de TCS en México