Jaguar Land Rover tiene planes de invertir 15,000 millones de libras esterlinas (unos 18,700 millones de dólares) en los próximos cinco años para desarrollar vehículos eléctricos y tecnología de conducción autónoma.
Esto forma parte de su estrategia para dejar atrás los motores de combustión y ponerse al día con sus competidores.
El plan incluye la transformación de la planta de Halewood del Reino Unido en una instalación totalmente eléctrica, con el primer modelo Range Rover de batería de tamaño mediano programado para 2025.
El CEO de JLR, Adrián Mardell, dijo que la compañía está entrando en una nueva era eléctrica que es ‘increíblemente emocionante’ para el negocio de lujo moderno.
La compañía espera tener un flujo de efectivo neto positivo para el año fiscal 2025 y obtener ganancias de doble dígito antes de intereses e impuestos para 2026.
Para apoyar la producción de sus futuros modelos, la empresa planea remodelar su fábrica de motores Wolverhampton para producir unidades de propulsión eléctrica y ensamblar paquetes de baterías, mientras que conservará las instalaciones de estampados de metal en su sitio de Castell Bromwich.
JLR ha tenido problemas con la cadena de suministro en comparación con sus competidores, pero está decidida a mantenerse a la vanguardia en la industria automotriz.