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La brecha de Banda Ancha de México

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) define la banda ancha como las conexiones unidireccionales a Internet a velocidades de por lo menos 256 kilobits por segundo (kbps), en la que el usuario está
conectado permanentemente.

La banda ancha es importante porque permite introducir una amplia variedad de servicios así como la transmisión simultánea de diversos tipos de información, como: voz, correo electrónico, Internet, videos y música, lo cual múltiples estudios han demostrado que tiene fuertes impactos positivos sobre el bienestar de los consumidores, el crecimiento del producto, las inversiones, el empleo y los salarios de los diferentes países.

A raíz de la publicación la semana pasada de un reporte de la OCDE que señala que Turquía y Grecia rebasaron a México y lo dejaron en el último lugar entre los 30 países miembros de la organización en el tema sobre la oferta del
servicio de banda ancha, puede esperarse un acalorado debate sobre las causas de este problema.

En México, Telmex introdujo el servicio de Internet de banda ancha a través del par de cobre, también conocido como Digital Subscriber Line (DSL) en el 2001 y a partir de ese momento ha crecido la cobertura del servicio hasta alcanzar 3.5 conexiones de Internet de alta velocidad por cada 100 habitantes en el 2006. El problema de la brecha de banda ancha de México es que países miembros de la OCDE que tenían la misma penetración de banda ancha que México en el 2001, como Polonia, Hungría y República Checa, y países que empezaron a ofrecer el servicio después como es el caso de Irlanda y Eslovaquia, hoy tienen una mayor penetración que México.

El problema se esta agravando rápidamente, ya que si bien México siempre estuvo en los últimos lugares desde que se inició esta medición de la OCDE, en los últimos años Turquía y Grecia introdujeron políticas públicas para resolver el
problema, así que del lugar 28 nos mandaron al 30 en el 2006. Turquía nos superó en el primer semestre del 2006 y en el segundo semestre fuimos rebasados por Grecia, país que saltó del lugar 30 al 28, con 4.6 conexiones por cada 100 habitantes.

Grecia logró aumentar rápidamente su penetración de banda ancha gracias a la introducción en el 2005 del programa público de «Fuerza de Apoyo a la Banda Ancha», en el que sus Ministerios de la Sociedad de la Información y de
Economía invirtieron cerca de 380 millones de dólares para el crecimiento de su infraestructura en fibra óptica, redes municipales inalámbricas, acceso público y satelital, lo que le permitió aumentar 10 veces la cobertura del servicio del
2004 al 2006, mientras que México durante el mismo periodo creció solo 3.8 veces en la cobertura del servicio, al pasar de 0.9 a 3.5 conexiones por cada 100 habitantes.

¿Cuáles es el origen de la brecha de banda ancha de México? En primer lugar, destaca la ausencia de políticas públicas federales para aumentar la cobertura del servicio.

En México los servicios de banda ancha son ofrecidos sólo por Telmex, fundamentalmente, a través de la tecnología DSL, la cual no está disponible en todo el territorio nacional, además no existe un programa federal que busque
aumentar rápidamente la cobertura del servicio equivalente al programa de «Fuerza de Apoyo a la Banda Ancha» de Grecia.

Frente a esto, resulta esperanzador la noticia de que el Gobierno de Aguascalientes va a financiar la instalación de una red WiMax para proporcionar el servicio de Internet inalámbrico a todos los habitantes de su capital en el 2008 y el anuncio de Samuel Podolsky, secretario ejecutivo del Consejo de Competitividad, sobre el proyecto para convertir al Distrito Federal una ciudad digital inalámbrica, con el cual se buscará proporcionar a los capitalinos el próximo año acceso gratuito a Internet inalámbrico en todos los espacios públicos mediante las tecnologías WiFi y Wimax, instalando una red de antenas especiales que pueden proporcionar un alcance radial de varias decenas de kilómetros.

Estos son ejemplos de políticas públicas que pueden contribuir a resolver este problema crucial para el desarrollo del país.

Fuente: El Economista, Fernando Butler Silva, México