La crisis del Silicon Valley Bank ha demostrado cómo el pánico se puede propagar rápidamente. Los clientes del banco comenzaron a retirar grandes cantidades de dinero después de que fuentes dudosas, incluido un sitio web acusado de promover la propaganda rusa, avivaran el miedo.
Un exadministrador de TI de la Universidad Loyola de Nueva Orleans trabaja ahora como detective de desinformación en línea para Alethea Group, una empresa emergente de seguridad cibernética que ayuda a empresas, organizaciones sin fines de lucro y gobiernos a protegerse de las mentiras en línea y la manipulación de las redes sociales.
Empresas de capital de riesgo y inversores privados han invertido más de 300 millones de dólares en estas compañías emergentes de seguridad cibernética entre 2018 y 2022, según PitchBook.
La crisis del SVB ilustra por qué hay tanto interés en estas empresas. La reputación de una organización puede construirse a lo largo de años o décadas y puede representar gran parte de su valor intangible.
Sin embargo, en la era de Internet, esta reputación puede ser destruida de la noche a la mañana. Además, las mentiras absolutas, no solo las publicaciones que generan pánico entre los fanáticos, pueden socavar el sistema financiero mundial. La Autoridad Bancaria Europea ha advertido que los bancos son ‘vulnerables’ a las corridas debido a ‘campañas que difunden información inexacta’.
Para abordar este riesgo, las nuevas empresas de desinformación suelen usar inteligencia artificial para rastrear la web en busca de contenido sospechoso y alertar a las víctimas corporativas sobre las mentiras en línea. Estas empresas ganan dinero de diversas formas, como cobrar honorarios de consultoría o trabajar con anticipos.
Alethea y otras empresas reconocen sus defectos y dicen que deben proteger sus métodos de los malhechores. Sin embargo, también señalan que estos servicios pueden ser difíciles de vender, ya que las empresas no suelen tener presupuestos de desinformación.
En las elecciones intermedias de Estados Unidos de 2022, una agencia rusa de investigación en Internet, acusada por EU de entrometerse en las elecciones de 2016, utilizó cuentas falsas para promover teorías de conspiración. Además, se descubrió una empresa egipcia que ejecuta páginas de utilidades falsas dirigidas a Etiopía, Sudán y Turquía y grupos de cuentas sucedáneos que promocionan el gigante chino de telecomunicaciones Huawei Technology, que enfrenta sanciones estadounidenses.
La corrida bancaria del SVB se compara con la locura bursátil de los memes de 2021, cuando los inversionistas minoristas subieron las acciones de empresas como GameStop y AMC Entertainment a niveles absurdos, en parte para exprimir a los inversionistas de Wall Street que apostarían en contra.
Esto condujo a pérdidas de inversión devastadoras, en última instancia, para ambos lados. Ambos ejemplos resumen el espinoso problema de cómo las publicaciones en línea pueden comenzar siendo verdaderas y transformarse en mentiras y pánico con consecuencias impredecibles.