Inicio Articulos. La digitalización de la moneda, ¿un cambio para bien de quién?

La digitalización de la moneda, ¿un cambio para bien de quién?

La digitalización de la moneda debe hacerse con un amplio sentido social, de otra manera seguiremos ensanchando el abismo entre los sectores favorecidos y los marginados

CoDi
CoDi

La incursión de la tecnología, a partir del fuerte despegue industrial de mediados del siglo XIX y su posterior crecimiento exponencial hasta la fecha, ha venido modificando y alterando los patrones conductuales de la sociedad en periodos de tiempo cada vez más cortos.

El punto central que ha provocado esta situación radica en la evolución de las tecnologías de la información y comunicación (TIC).

La aparición de las primeras computadoras comerciales data de principios de los años 50 del siglo XX; a partir de ese momento, en los EEUU y en los países más desarrollados tecnológicamente, da inicio una carrera inimaginable de desarrollos, inventos e innovaciones a la cual se suman en un orden creciente, centros de investigación especializados, universidades, tecnológicos, diversos grupos académicos. Y ante la promesa de lo que representan estas tecnologías, surgen nuevas empresas y organizaciones de tecnologías de cómputo y comunicaciones.

Desde luego que algunos otros sectores han evolucionado y modificado el comportamiento conductual de la sociedad con similar acentuación que las TIC. Sin embargo, aunque han participado en la modificación de los patrones sociales, no lo han realizado generando cambios constantes y en breves espacios de tiempo.

Por ejemplo, la industria de la aviación ha venido a modificar paulatinamente, a partir de su aparición comercial en los años 20 del siglo pasado, la manera de viajar. Y si bien el desarrollo tecnológico de este ramo ha experimentado un creciente desarrollo, el impacto causado en el comportamiento social se ha mantenido casi desde su aparición, tendiendo a fabricar aviones con mayor capacidad, más económicos en su operación y mantenimiento para permitir que un mayor número de personas puedan utilizarlos.

Otro ejemplo es la industria automotriz, que tiene su aparición a finales del siglo XIX y en sus 130 años, ha sido una tecnología que ha cambiado el comportamiento social profundamente, aunque al igual que la aviación, el desarrollo de esta tecnología, si bien modificó drásticamente los patrones sociales con su aparición, de ese momento y hasta ahora, no ha causado modificaciones severas en el comportamiento social.

Algo importante a resaltar es el apoyo que ha venido a darles en su evolución tanto a la industria de la aviación como la automotriz, la vinculación con las TIC, provocando modificaciones de gran alcance en el comportamiento y uso que le brindan a la sociedad.

 

Dos líneas de evolución

En la evolución de las TIC podemos identificar dos líneas de investigación y desarrollo: una autónoma y otra interdependiente.

La autónoma se distingue porque su evolución y se manifiesta de una manera libre; su propósito es desarrollar productos que expandan cada vez más las capacidades que brindan por ahora, por ejemplo mayores velocidades de transmisión de datos, sistemas operativos más eficientes y con nuevos artilugios operativos, mejores capacidades de almacenamiento y recuperación de datos, desarrollo de sistemas inteligentes para reconocimiento de patrones, etc.

Y así, podríamos elaborar una larga lista de desarrollos posibles que están en puerta sin una relación de dependencia directa con alguna otra ciencia o tecnología.

Por otro lado, la línea interdependiente, se caracteriza porque sus desarrollos están orientados por un propósito o meta fijada por un tercero.

Tomemos como ejemplo los coches autónomos, los cuales están a un paso de entrar en su etapa de comercialización. En este caso las TIC juegan un papel relevante, sin embargo, el diseño de los automóviles y la autonomía requerida, demanda un trabajo interdisciplinario en donde el producto por obtener no depende exclusivamente de las TIC.

Podemos visualizar una lista de desarrollos de las TIC interdependientes con otras áreas, para operaciones y productos específicos.

Más adelante, hacemos referencia a un proyecto estratégico a nivel mundial, que tiene como propósito implementar la sustitución del dinero físico por dinero digital.

Uno de los desarrollos más elocuentes de las TIC, que ha incidido en la transformación de los modelos conductuales sociales, en un brevísimo espacio de tiempo, es el de los móviles.

En 1983, Motorola culminó el proyecto del primer teléfono móvil de la historia: el Dynatac 8000x. A partir de esa fecha y durante los siguientes 14 años el desarrollo de los teléfonos móviles estuvo enfocado en la transmisión de voz, hasta que el 9 de enero de 1997, Steve Jobs presentó el primer smartphone, el iPhone de Apple. Un móvil convertido en una terminal, revolucionando la industria de las telecomunicaciones y de la computación, abriendo un nuevo paradigma en la era de la movilidad.

Esta fase corresponde a una línea autónoma de desarrollo de las TIC; sin embargo, ahora se descubren o proponen nuevas metas derivadas de los smartphones para objetivos en donde participen bajo una línea interdependiente.

Si bien los móviles inteligentes ya están siendo utilizados por el sector bancario para la realización de pagos y transferencias de dinero, lo que se pretende ahora es que el móvil sirva para realizar pagos de manera directa, substituyendo el uso de moneda, aun para pagos en centavos.

 

La sustitución de la moneda física por la moneda digital

Es de esperar que el enfoque de utilizar los móviles para sustituir a la moneda física tendrá como consecuencia un cambio paradigmático en los patrones conductuales de la sociedad.

La realidad del dinero en efectivo tiende a desvirtuarse, abriéndose una enorme puerta que da paso a un nuevo método acorde a las tecnologías que dominan al mundo. No es descabellado asegurar que, de aquí a algunos años, la eliminación del papel moneda en todo el mundo será una realidad.

Recientemente, el gobierno chino inició un programa piloto para una versión digital oficial de su moneda. Bajo este programa, el efectivo digital de China ha sido diseñado para ser una versión electrónica de billetes o monedas: se aloja en un monedero digital operado desde un teléfono inteligente, en lugar de una cartera física.

Suecia y Dinamarca son los pioneros en la eliminación del papel moneda. Sus pobladores, desde hace algunos años, han dejado de lado los pagos en efectivo.

Dinamarca designó al 2016, como el año de partida para el paradigma de eliminar el dinero en efectivo por completo; y lo ha ido logrando. El uso de pagos en efectivo ha disminuido en un 90%. Hoy en día es muy escaso el papel moneda en uso. Para los dirigentes de la banca danesa, las personas que aun lo utilizan le atribuyen más que nada un valor simbólico, como parte de usos y costumbres.

En ese país, ya es legal que los comercios puedan rechazar el pago en papel moneda o efectivo. Las cabezas del sistema financiero danés señalan que la transición se ha ido dando poco a poco, añadiendo que para completar el proceso deben evaluarse muchos factores y tomar en cuenta las implicaciones de acabar con el efectivo por completo.

Además, señalan que, aunque no se han presentado serios inconvenientes hasta ahora, el cambio lo han llevado con extremo cuidado.

 

CoDi

En México, el Banco de México (BANXICO), ha establecido el sistema financiero: CoDi, un proyecto ambicioso para implementar la primera plataforma de pagos digitales para los mexicanos.

Esta institución señala que treinta y tres instituciones financieras en México están listas para implementar y operar CoDi.

CoDi hace uso de la tecnología de los códigos QR y NFC para permitir que los comercios y los consumidores puedan realizar transacciones sin el uso de dinero en efectivo.

Esta plataforma, que se concretará como una extensión del SPEI, podrá realizar transferencias de dinero de forma inmediata las 24 horas, los 365 días del año y estará abierto a todo usuario que lo desee.

Se pretende que esta nueva forma de pago se convierta en un proceso sencillo, semejante al dinero en efectivo para realizar pagos, intentando mantener un sano desarrollo del sistema financiero del país. Para esto, solamente se requiera el uso de un dispositivo móvil y el acceso a internet.

Algunos de los beneficios que Banco de México espera lograr con la implementación de esta nueva modalidad son:

  • Contar con un medio digital de pago seguro, rápido y eficiente, las 24 horas del día y los 365 días del año.
  • ​Lograr mayor inclusión financiera: permitiendo que cualquier comercio o servicio acepte pagos electrónicos sin costo adicional.
  • Eliminar el cobro de comisiones para las transferencias y pagos efectuados mediante CoDi.
  • ​Reducir la emisión y uso del papel moneda, además de los costos de su administración.

Banco de México también menciona que el CoDi será una excelente herramienta que permitirá agilizar las operaciones bancarias y la oportunidad de que los pequeños negocios puedan aceptar pagos, sin cargo o comisión alguna.

Uno de los objetivos centrales, según BANXICO es que estas acciones de gobierno tiendan a erradicar la desigualdad económica y acercar los servicios bancarios a toda la población mediante el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, al contar con medios de pago más eficientes y hacer más eficaz el ahorro.

 

Pros y contras

Son muchas las ventajas que hay en la eliminación del papel moneda: se pueden erradicar los costos de fabricación, producción y traslado.

Las formas de pago electrónicas son más rápidas, ecológicas y limpias, ya que en los billetes hay millones de bacterias y virus.

Algunos epidemiólogos señalan que, al manejar dinero, ya sea en forma de billetes o monedas, nos enfrentamos a miles de tipos distintos de bacterias que arriesgan nuestra salud.

La fabricación y producción del papel moneda es compleja, y ha traído consigo muchas estafas, tanto al Estado como a particulares. Las falsificaciones y robos son comunes con el dinero físico.

Sin embargo, los pagos del mundo digital tampoco son perfectos. Todas las transacciones pueden ser rastreadas, lo que facilita las prácticas de hackers de la red, lo cual impone la necesidad de implementar sistemas complejos y costosos de ciberseguridad.

 

Considerandos

Parece inevitable la tendencia global a reducir o eliminar el uso del efectivo para realizar pagos. Las tecnologías de información y comunicaciones que han aflorado en lo que va de este siglo XXI, dan muestras claras de que el dinero electrónico ira sustituyendo paulatinamente al efectivo en billetes o monedas.

Ante este panorama, es importante fincar una estrategia estatal para incorporar lo mejor posible a los diversos sectores del país al uso de dinero electrónico.

Los casos de Suecia y Dinamarca distan mucho de las condiciones sociales, políticas y comerciales de México. Suecia tiene una población alrededor de 11 millones de habitantes, una lengua oficial que la habla casi el 100% de la población, con un PIB trimestral de 11,500 euros y una red de telecomunicaciones que cubre el 98% del país.

Dinamarca tiene una población cercana a los 6 millones de habitantes. Un idioma que lo habla casi el 100% de su población, con un PIB trimestral de 13,550 euros y una red de telecomunicaciones que cubre el 100% del país.

Es importante considerar las experiencias de estos países, pero nos separa un gran abismo entre las circunstancias que nos rodea, a las que rodea a ellos para eliminar radicalmente el uso de efectivo.

Considerando que, el gobierno mexicano incentiva el uso de aplicaciones como el CoDi, se hace imprescindible que facilite a la población mexicana una educación financiera y digital, lo cual requiere de un vigoroso esfuerzo de difusión y adiestramiento de la población, sobre todo la población excluida del uso de estas tecnologías.

Un punto importante que resaltar, son los derechos adquiridos por la población para realizar pagos mediante el uso de efectivo. No parece sensato que, mediante una disposición oficial –venga de donde venga– se disponga la anulación del uso de efectivo sin tener una aprobación consensuada de la población.

El uso de efectivo brinda una autonomía plena a quien lo posee para realizar una compra o pago, sin requerir de intermediario alguno, autonomía que se pierde al momento de intervenir un tercero para la realización de una transacción, lo cual habrá que calibrar para convencer a la población de su sustitución y con mayor cuidado de su eliminación.

Además, con el CoDi, cualquier persona que lo utilice, requerirá registrarse en la red bancaria y poseer algún tipo de cuenta que le permita transaccionar pagos, de manera que todas las transacciones que realice un individuo quedarán registradas en un historial, que se constituirá –de la manera que se quiera ver– en una información con un altísimo valor.

Se tendrá información importante de los gustos y preferencias de cada individuo y del entorno social en donde vive; asociando la información de vecinos de su comunidad, podrán elaborarse campañas masivas de publicidad y de propaganda de una manera soterrada.

Por ello, es de gran importancia el cuidado que se le dé a la implementación del sistema de cobros digitales (CoDi). Es necesario considerar tanto los pros como los contras y realizar una disertación en diversos foros sociales, académicos, de especialistas etc., para llevar a cabo un levantamiento de aspectos a considerar, que permitan lograr una sustitución del efectivo por dinero electrónico, afectando lo menos posible los usos y costumbres de la población y sobre todo establecer las normas de confidencialidad que garanticen la no divulgación y uso no autorizado de información privada.

Además, la red de internet, que es el medio que sustenta la tecnología de CoDi, aún no llega a un buen número de entidades remotas y marginadas, especialmente las zonas indígenas, que constituyen más de diez millones de habitantes, muchos de los cuales no hablan español.

 

Conclusiones

Es de sorprender cómo las TIC, a partir de proyectos interdependientes, participan en la edificación de sistemas que sin duda modifican el comportamiento social derivado de usos y costumbres a lo largo de largos periodos de tiempo; no obstante, habrá que recalcar que el diseño, construcción e implementación de las TIC obedece a decisiones que en la mayoría de las ocasiones no competen a los ingenieros que desarrollan estas tecnologías.

De ahí la pregunta: ¿la digitalización de la moneda es un cambio para bien de quién? Tiene la respuesta en términos de su implementación. Si se hace con una visión exclusivamente técnica, los resultados no serán favorables para un numeroso sector de la población, sobre todo las capas de la sociedad más vulnerables, aquellas que no han sido incluidas en la modernidad tecnológica y que en nuestro país constituyen un alto porcentaje de la población.

La digitalización de la moneda debe hacerse con un amplio sentido social, de otra manera seguiremos utilizando la tecnología para ensanchar aún más el abismo entre los sectores favorecidos y los marginados.

Desde luego, se hace necesario ser creativos y ante el advenimiento de la eliminación del efectivo como forma de pago a nivel mundial, no es admisible que México no tenga un plan apegado a la pretensión de transformar el país, como es la meta de la transformación que pretende el ejecutivo federal actual.