La declaración de quiebra de WeWork culmina una saga de años que reveló asombrosas fallas en el estilo de inversión del multimillonario japonés Masayoshi Son, dañando su reputación profesional mucho más allá del dinero que perdió.
Son ignoró las objeciones de sus colaboradores y entregó miles de millones de dólares al fundador de WeWork, Adam Newman, tanto de SoftBank Group como de Vision Fund, elevando la valoración del espacio de oficinas de coworking a la astronómica cifra de 47,000 millones de dólares a principios de 2019.
Apenas unos meses después, los inversionistas se resistieron debido a las profundas pérdidas y conflictos de intereses que se revelaron en las presentaciones de la oferta pública inicial de la compañía.
La posterior caída en picada de WeWork le está costando a SoftBank más de 11,500 millones de dólares en pérdidas de capital estimadas y otros 2,200 millones de dólares en deuda aún en juego.
La caída de WeWork, junto con la pérdida récord de 32,000 millones de dólares del Vision Fund el año pasado, dañaron la posición de Son como un inversionista astuto que obtuvo una de las victorias legendarias del capital de riesgo a través de una apuesta temprana en el gigante chino del comercio electrónico, Alibaba Group.
‘Uno puede recuperarse de los errores pero, ¿cómo te recuperas de la percepción de que no sabes lo que estás haciendo?’, dijo Aswath Damodaran, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York. ‘Sus acciones dicen: soy arrogante’.
‘Antes de WeWork, la percepción era que SoftBank era una organización increíblemente cuidadosa, inteligente y visionaria bajo el liderazgo de Son, pero creo que a veces el éxito subió a la cabeza de la gente. El hecho de que tuvieran éxito podría haberlos convencido de que sabían más que los demás, y ahí están las semillas de la eventual caída’, añadió.
WeWork continuará operando en quiebra mientras intenta fortalecer sus finanzas. SoftBank y los acreedores existentes acordaron un acuerdo de reestructuración que reduce más de 3,000 millones de dólares de su deuda.
‘No son solo las pérdidas de inversión las que son importantes, sino la historia detrás de ello’, dijo Kick Broodry, analista de Astris Advisory. La inmensa inyección de efectivo impulsó la alta valoración artificial y la arrogancia que precedieron a la eventual crisis.
‘Cuando tienes decenas de miles de millones, incluso cientos de miles de millones de dólares detrás de ti, cada exceso que cometes se magnifica aún más. Esto podría explicar por qué se cometen errores tan grandes, como los de WeWork’, señaló Damodaran.
