Las diferencias en materia de comunicaciones entre Corea del Sur y Corea del Norte resultan dramáticas.
Una vez que se cruce el paralelo 38, a pocos kilómetros de Seúl, se llega al norte, donde unos pocos miles de privilegiados pueden acceder a Internet en el régimen de Kim Jong-un, con apenas una velocidad de 2Mb por segundo.
Entre los privilegiados se encuentran los extranjeros que viajan a Corea del Norte; para ello sólo necesitan una tarjeta SIM de la marca Koryolin. El resto son las élites el país y los miembros del gobierno.
Tal como asegura el profesor Suh, ‘el Gobierno de Corea del Sur fue el que implementó la expansión de Internet’ por debajo del paralelo 38.
El ejecutivo del norte parece desear todo lo contrario. Restringir el acceso a la información y estar en contra las comunicaciones parecen ser las estrategias de Kim Jong-un para perpetuar su poder.
Arnold Fang, investigador sobre Asia Oriental de Amnistía Internacional, comentaba recientemente en un informe de la ONG que ‘con el fin de mantener su control absoluto y sistemático, las autoridades norcoreanas están atacando a quienes utilicen teléfonos móviles para contactar con sus familiares en el extranjero’.
Corea del Norte utiliza Internet con un propósito específico: atacar a sus adversarios. Hace tan sólo unos días los medios de comunicación informaban de un masivo ciberataque por parte de Pyongyang hacia su vecino del sur. Durante la ofensiva, el régimen de Kim Jon-un llegó a hackear más de 140,000 computadoras de diferentes organismos del país oriental, aunque finalmente la policía frustró la agresión.
A diferencia de lo que ocurre en Corea del Norte, Digital Media City, el distrito dedicado a las últimas tecnologías en Seúl, es uno de los resultados del milagro económico que tuvo lugar el país oriental durante la segunda mitad del siglo XX. Los altos rascacielos de la zona acogen a grandes conglomerados coreanos como LG o Pantech. En uno de esos edificios, El S-Pex Center, se acaba de abrir un estadio de deportes electrónicos que ocupa seis plantas, el ONG e-Staduim.
El enorme crecimiento de los deportes electrónicos en Corea del Sur, que junto con China es el mayor mercado de este sector, sirve como indicador de una sociedad que vive por y para la red. El país cuenta con los jugadores mejor pagados del mundo. Más de la mitad de la población juega a videojuegos en línea a diario. No es de extrañar entonces, que el sur cuente con la conexión de Internet más rápida del planeta, 26.7 Mb/s
La pasión por la red en Corea del Sur ha generado nuevas oportunidades de gozo, pero también una brecha generacional en la sociedad, apunta el profesor del departamento de sociología y estudios sobre ciencia, tecnología y sociedad de la Universidad Nacional de Seúl, Suh Yi-Jong: ‘La rápida expansión y el extendido uso de la red han creado varias patologías’. Este especialista se refiere principalmente al fenómeno de la adicción a Internet. Para paliar las consecuencias de este problema, el gobierno metropolitano de Seúl aprobó la terapia de los I Will Center. Estos establecimientos sirven como centros de desintoxicación para menores y adolescentes que ocupan gran parte de su tiempo frente al móvil y otros dispositivos.
A diferencia de todo esto y con todas sus implicaciones, en Corea del Norte, unos pocos miles de privilegiados pueden acceder al Internet en el régimen de Kim Jon-un, con una velocidad de 2 MB/s.
Con información de El País