Los rodajes publicitarios en España salen de la parálisis, reactivando proyectos y superando el confinamiento.
Algunos de los trabajos pioneros son dos anuncios impulsados por el Gobierno de Canarias, España, que debían filmarse en las dunas de Maspalomas, en el sur de la isla de Gran Canaria.
Jaime Romero, consejero delegado de Macaronesia Films; Jacobo Saiz, productor de Kiss & Rid; y Eduardo Veitez, CEO de Creast y director de las campañas, asumieron la imposibilidad de desplazar a centenares de personas a la isla.
Cada uno de los trabajadores, fueran actores o organizadores, vive en una parte distinta del mundo. Las nuevas tecnologías, sobre todo aquellas del teletrabajo, tipo Zoom o Skype, han sido de utilidad, así como las que sirven para emitir en directo.
Los rodajes en streaming, aseguran, permiten que no haga falta la presencia física del director o de los jefes de equipo para la ejecución del rodaje.
Como explica Veitez, la producción ha sido clave. La labor de dirección se casi por completo antes de sentarse frente a una pantalla en su despacho en Londres para controlar el rodaje.
‘Con los actores había ensayado previamente por videoconferencia. Los encuadres estaban seleccionados. Todo el equipo sabía lo que tenía que hacer sin que fuera necesaria la presencia física, ahora solo se supervisa’.
La realidad virtual también ha desempeñado un papel importante. Permitió recrear localizaciones y decorados estando a más de 3,000 km, pero estos son las bambalinas, los preparativos para que los días de trabajo en las dunas salieran a la perfección.
Gracias a una infraestructura de cámaras conectadas a la red, todo el equipo controlaba la graduación. La diferencia es que en las sillas estaban en unas oficinas, como la del productor en Madrid y la del técnico de sonido en Brasil. ‘En vez de usar un Walkie-Talkie, nos comunicamos a través de una app que replica en el teléfono móvil su funcionamiento’, comentó Romeo.
‘Hablar unos con otros ha resultado complicado. De vez en cuando, había muchos canales hablando simultáneamente. No era algo vital, pero añade complejidad al rodar en remoto’, dice Santín.
La conectividad sí ha dificultado el trabajo. Maspalomas no cuenta con la mejor cobertura de datos. Y sin Internet, ninguna de las dos campañas habría salido adelante. La solución que encontraron fue un maletín que ofrecía señal 4G, con la posibilidad de transportarlo a cualquier lugar. ‘Nos ha servido para demostrar la verdadera capacidad y versatilidad del sistema. Hemos utilizado desde cámaras subacuáticas hasta drones y teníamos que ver en streaming todas las imágenes y el entorno’, comenta Romero.
Debido a la transmisión en tiempo real, el modelo de negocio ha encontrado más posibilidades que antes de la pandemia. Cualquier empresa interesada puede conectarse a la emisión. Ven en todo momento cómo trabajan en las locaciones las órdenes de dirección y de sonido así como las actuaciones del reparto.
Inventaron un formato de comercialización de productos audiovisuales antes inimaginables, cuando tocaba entregar el proyecto ya montado. ‘Ofrecimos a productoras interesadas la oportunidad de conectarse y ver todo el proceso, que conocí en esta nueva forma de plantear los rodajes. Tuvimos de decenas de solicitudes’, asegura Romero. ‘El sistema tiene mucho recorrido, pero tenemos que cambiar el chip’, plantea Saiz.
‘Es cierto que por infraestructura, el periodo de adaptación en el cine puede ser más largo. Ahora bien, en el corto plazo esto puede ser un complemento que agregue valor’, añade Veites.