Las restricciones impuestas por Estados Unidos sobre China se están intensificando, lo que ha generado temor entre los inversionistas chinos de que puedan estrangular el crecimiento del sector tecnológico, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Beijing para lograr la autosuficiencia.
El sector tecnológico se ha convertido en el foco de las crecientes tensiones entre ambas naciones, ya que los semiconductores son fundamentales para alimentar todo, desde teléfonos móviles hasta inteligencia artificial y hardware militar.
Aunque la administración del presidente Joe Biden tiene como objetivo firmar una orden ejecutiva para limitar las inversiones en sectores clave de alta tecnología, los inversionistas se preguntan si el impulso político de Beijing podrá superar los vientos en contra y permitir el repunte del sector.
Las sanciones también obligarán a los fabricantes de chips chinos a desarrollar su propio ecosistema, lo que será un desafío, pero es algo que tendrán que hacer para evolucionar y quizás superar la tecnología existente.
Mientras tanto, la nación china está otorgando a algunas empresas un acceso más fácil a los subsidios y más control sobre la investigación respaldada por el estado.
El ruido en torno a los sistemas generativos, incluyendo a ChatGPT, también ha impulsado las ganancias, como se puede ver en el aumento de las acciones de Cambricon Technologies, un fabricante local de chips de inteligencia artificial, que ha subido más de un 350% este año.
Sin embargo, según el director general de Union Bancaire Privee, la brecha tecnológica será muy difícil de cerrar para los fabricantes de chips chinos, especialmente con el acceso restringido de los proveedores globales de equipos de producción de semiconductores, por lo que arrojar efectivo al problema tendrá un impacto muy limitado.
