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México en alerta por deepfakes y suplantaciones

Las falsificaciones de identidad creadas con IA ya superan el 10% de los intentos de fraude en el país, afectando especialmente al sector financiero, videojuegos y criptomonedas

La inteligencia artificial ha demostrado ser una herramienta poderosa para impulsar la productividad, optimizar tareas repetitivas y liberar el potencial creativo.

Sin embargo, su acceso masivo también ha abierto la puerta al uso malicioso, permitiendo que estafadores digitales perfeccionen sus métodos para cometer fraudes más complejos, difíciles de detectar y cada vez más accesibles para cualquiera con conexión a internet.

Tan solo en 2023, los fraudes relacionados con IA aumentaron 84 % en América Latina. México se ubica entre los países más afectados por este fenómeno, con un crecimiento promedio anual de 153 % en incidentes de fraude digital.

Este panorama refleja cómo el costo de entrada para realizar ataques se ha reducido considerablemente. Hoy, un grupo de estafadores con apenas mil dólares puede generar pérdidas de hasta 2.5 millones de dólares mensuales, de acuerdo con el Informe de Fraude de Identidad 2024 de Sumsub.

 

Fraudes digitales cada vez más sofisticados

Los casos más preocupantes están ligados a la creación de identidades falsas con inteligencia artificial. Las falsificaciones de identidad generadas con deepfakes ya representan más del 10 % de los intentos de fraude detectados por Sumsub. En la mayoría de los casos, estos fraudes ocurren en sectores como las finanzas, los videojuegos y las criptomonedas, donde 70 % de los intentos se detectan durante procesos de verificación remota de identidad.

La facilidad con la que se pueden manipular imágenes, voces y videos ha sobrepasado los límites tradicionales de la ingeniería social. Hoy es posible automatizar campañas de phishing, simular sitios web legítimos o falsificar documentos oficiales, con un grado de realismo que engaña incluso a sistemas automatizados.

México enfrenta una amenaza creciente. En este entorno, 45 % de las empresas y 44 % de los usuarios finales han sido víctimas de fraude al menos una vez, reflejando no solo la magnitud del problema sino también la necesidad urgente de fortalecer las defensas digitales.

 

Inteligencia artificial como defensa

Frente a esta nueva generación de fraudes, es indispensable evolucionar las estrategias de protección. La única manera efectiva de hacer frente a estos ataques es usar la misma tecnología que los habilita. Los sistemas antifraude basados en inteligencia artificial, con múltiples capas de verificación, permiten detectar patrones anómalos, distinguir interacciones humanas de automatizadas y reconocer manipulaciones digitales en tiempo real.

Para reforzar la seguridad en este escenario, se recomienda implementar procesos de verificación de identidad (KYC) dinámicos y multicapa, que combinen validación de documentos, autenticación en tiempo real y análisis del comportamiento digital.

También se sugiere adoptar soluciones de detección basadas en IA que identifiquen patrones no humanos y manipulación de imágenes o video, además de mantener los sistemas de validación siempre actualizados frente a nuevas tácticas de engaño. A esto se suma la importancia de capacitar continuamente a empleados y usuarios para reconocer señales de alerta, y de colaborar con expertos en ciberseguridad para asegurar que las estrategias evolucionen al ritmo de las amenazas.

 

Un entorno que exige conciencia y adaptación

La inteligencia artificial ha democratizado el acceso a la innovación, pero también ha ampliado la superficie de riesgo para millones de personas y organizaciones.

En un contexto donde el fraude digital es más sofisticado, accesible y difícil de detectar, la protección no puede depender solo de la tecnología. Se necesita una visión estratégica, capacidad de adaptación constante y una cultura de seguridad compartida que permita operar con confianza en un entorno cada vez más automatizado y engañoso.