Un joven trabajador de una fábrica de la empresa taiwanesa Foxconn, principal fabricante de los productos de Apple, se suicidó en una de las plantas que la firma tiene en el sur de China, el segundo caso que se registra este año en plantas de la compañía, informaron hoy varios medios chinos.
El suceso tuvo lugar ayer miércoles, el mismo día en el que el gigante de la manzana presentaba su nuevo modelo de teléfono inteligente, el iPhone 5.
Foxconn, el mayor fabricante de componentes electrónicos del mundo, está en el punto de mira por las múltiples denuncias que pesan sobre la firma por violación de los derechos de los trabajadores.
Desde 2010, más de una veintena de sus empleados en China (donde trabajan en sus plantas más de 800,000 personas) se han suicidado.
Según varios medios chinos, el joven de 22 años, llamado Yang, murió al lanzarse desde su apartamento cercano al complejo de la factoría de Guanlan, en la ciudad de Shenzhen (suroeste de China).
Los medios inciden en que el joven cayó desde «su apartamento privado», fuera del complejo de la factoría.
Las primeras investigaciones apuntan a que Yang, procedente de noreste de China, se cortó las venas en su habitación antes de saltar por la ventana desde un octavo piso.
Este reciente suceso, que ha coincidido con la presentación del nuevo iPhone 5 en Estados Unidos, es el segundo suicidio que se registra después de que el pasado marzo Foxconn firmara un acuerdo con Apple para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
En base a éste, Foxconn se comprometió a reducir el horario laboral, mejorar los protocolos de seguridad y otros beneficios sociales a los ensambladores de iPhones y iPads.
Antes de alcanzar el acuerdo con Apple, más de un centenar de trabajadores de la compañía amenazaron el pasado enero con suicidarse en masa saltando de un tejado de la fábrica en protesta por sus condiciones laborales.
Este suceso añadió presión a Apple, que aceptó que la organización independiente Asociación de Justicia Laboral (FLA, en sus siglas en inglés) llevara a cabo una investigación, la cual desveló que los trabajadores chinos de la compañía trabajan, en ocasiones, más de 60 horas a la semana, algo que viola las leyes.
Pese al acuerdo, una docena de trabajadores de la citada firma fueron detenidos el pasado 6 de junio por disturbios registrados en la planta en la que trabajan y viven en la provincia de Sichuan, y a los que se sumaron hasta mil empleados que iniciaron protestas de distinta índole, según informó entonces la prensa taiwanesa.
Recientemente, un periodista del diario «Shanghai Evening News» consiguió infiltrarse durante diez días en una fábrica de Foxconn en un trabajo de investigación que volvió a confirmar las «pésimas» condiciones de los trabajadores de las plantas.
EFE