La empresa Oaxaca Aerospace anunció que el primer avión completamente diseñado y fabricado en México estará listo para salir al mercado a partir de 2026, utilizando tecnología desarrollada en el sur del país.
Se trata del modelo Pegasus PE-210A, el primero de dos prototipos desarrollados por esta empresa familiar, enfocado en misiones tácticas, entrenamiento y vigilancia.
La presentación se llevó a cabo durante la Feria Aeroespacial México (FAMEX) 2025, en la base aérea militar de Santa Lucía.
Oaxaca Aerospace cuenta con un equipo de apenas 25 personas a cargo de todo el proceso de fabricación, tras 14 años de desarrollo e inversiones que alcanzan los 30 millones de dólares solo en diseño.
El PE-210A, que será el primer modelo comercializado por la compañía, será seguido por el prototipo P-400T.
‘La producción podría comenzar en un año como máximo y podríamos fabricar las primeras unidades conforme a los pedidos que recibamos. Entregaríamos los primeros aviones en un plazo de 12 meses’, explicó Raúl Fernández, presidente de la compañía.
El PE-210A es un avión biplaza con cabina en tándem, con un alcance de 1,600 kilómetros, autonomía de hasta cinco horas y velocidad máxima de 210 nudos. Está pensado para entrenamiento básico, misiones de vigilancia, rescate y aviación recreativa.
Este modelo fue desarrollado con el apoyo técnico de instituciones como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ), la Universidad Politécnica de Madrid, y el Instituto Nacional para la Investigación en Aviación (NIAR) de Estados Unidos.
La empresa ya cuenta con una planta de producción en Oaxaca, y estima una capacidad de fabricación de hasta 52 aviones al año, aunque al inicio arrancarán con cinco o seis, dependiendo de la demanda.
Según Fernández, una de las principales ventajas competitivas del PE-210A será su precio, que rondará los 3 millones de dólares, apenas un 30% del costo de modelos similares fabricados en Texas, que superan los 10 millones de dólares.
El segundo modelo, el Pegasus P-400T, aún en desarrollo, está pensado para misiones tácticas más avanzadas y tareas de ataque ligero. Tendrá un motor más potente (de hasta 600 caballos de fuerza), tren de aterrizaje retráctil reforzado y aviónica Garmin G1000.
Este modelo podría equiparse con armamento ligero, dependiendo de las necesidades del cliente, y ser compatible con tecnologías de combustible más sostenibles, como el hidrógeno.
‘Podría cumplir funciones similares a las de un Texan, pero con costos de adquisición y operación mucho más accesibles’, comentó Rodrigo Fernández, gerente general de la compañía.
La empresa visualiza oportunidades en mercados emergentes de América, África y Asia, donde actualmente se utilizan aeronaves de segunda mano y existe una alta demanda de opciones modernas, versátiles y de bajo mantenimiento.
Manuel Pérez Cárdenas, asesor ejecutivo de la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), afirmó que Oaxaca Aerospace tiene el potencial de captar hasta el 1% del mercado global de aviones ligeros, lo que representaría una demanda de 50 aeronaves al año, justo en línea con su capacidad de producción.
El gerente general adelantó que la empresa busca registrar sus aviones con el sello Hecho en México, en sintonía con el Plan México del Gobierno federal, que busca fortalecer la producción nacional y sustituir importaciones ante las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Durante la inauguración de FAMEX 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó el papel estratégico del sector aeronáutico para el país, con una proyección de crecimiento anual sostenido del 15%, lo que podría duplicar su valor de mercado en los próximos cuatro años.
Actualmente, la industria aeroespacial mexicana ya supera los 11,200 millones de dólares y se estima que alcance los 22,700 millones hacia 2029.
México se ubica entre los cinco países con mayor inversión extranjera en el sector y es el duodécimo exportador mundial de componentes aeroespaciales, según datos de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA).