Diversos estudios han analizado las reacciones de los adolescentes cuando se les castiga el teléfono móvil, y en múltiples ocasiones reaccionan intensamente cuando se les retira.
4 de cada 10 encuestados dijeron que se sienten ansiosos si están fuera de su casa sin teléfono celular y más de la mitad (56%) padecen de sentimientos de soledad, malestar o ansiedad.
El Centro de Investigación Pew publicó una encuesta de 743 adolescentes en Estados Unidos y encontró que estos a veces reaccionan con fuerza cuando les quitan el teléfono.
Lo preocupante es que estos sentimientos son similares a los asociados cuando se enfrenta una conducta adictiva.
Los especialistas en adicciones dicen que los adolescentes que sufren de depresión, a menudo usan los teléfonos inteligentes como un mecanismo de defensa, en lugar de aprender a enfrentarse con sus emociones y desarrollar relaciones, y buscar consuelo en el dispositivo les impide procesar sus emociones.
Los usuarios intensivos de teléfonos inteligentes no pueden pasar 10 minutos sin su teléfono antes de sufrir ansiedad, según un estudio de 2014 publicado en la revista ‘Computers in Human Behavior’.
Su coautor Larry Rosen, profesor de psicología en la Universidad Estatal de California y autor de ‘iDisorder: Comprender nuestra obsesión por la tecnología y superar su influencia sobre nosotros’, señala que la mayoría de la gente no puede pasar una hora sin ponerse ansiosa si le quitan el teléfono inteligente.
Los padres también se muestran ansiosos, pero por diferentes razones.
Alrededor del 65% de los padres de adolescentes están preocupados de que su hijo esté pasando demasiado tiempo frente a las pantallas, y el 57% ha establecido restricciones, encontró Pew.
Pero los adolescentes dicen que están tratando de controlarse. Un 52% de los jóvenes aseguran que están reduciendo el uso del teléfono, incluido el tiempo limitado en las redes sociales (57%) y los videojuegos (58%).
Estudios recientes han arrojado luz sobre los efectos negativos que las redes sociales y el uso casi constante del teléfono tienen sobre los adolescentes.
Un estudiante de tercero de preparatoria pasa en promedio 6 horas al día en línea, incluidas 2 horas en redes sociales, 2 horas navegando por internet y 2 horas de mensajes de texto, según un estudio publicado en la revista Psychology of Popular Media Culture.
Establecer zonas sin tecnología, como prohibir teléfonos en la cena o a la hora de acostarse es crucial para los adolescentes, asegura Michael Burns, cofundador de Zift, una plataforma que proporciona datos y herramientas a los padres que buscan limitar el tiempo de pantalla para sus hijos.
‘Ayude a su adolescente a comprender los riesgos del daño potencial que puede tener la sobreexposición a la tecnología, su ambiente influye en su desarrollo y si el entorno de los adolescentes se basa principalmente en la tecnología, puede afectarlos tanto cognitiva como socialmente’, según Burns.
Cada vez más consumidores intentan recuperar el control sobre el tiempo dedicado a los dispositivos; ante esto, las empresas están tratando de ayudarlos.
En agosto, Facebook anunció nuevas herramientas para ayudar a los usuarios a monitorear y reducir el uso de aplicaciones como Instagram y Facebook.
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La compañía dijo que trabajó con expertos en salud mental para crear herramientas que le digan a los usuarios cuánto tiempo pasan en cada aplicación y les permitan autoimponerse límites que les impidan usar la aplicación después de una determinada cantidad de minutos.
Google también ha presentado herramientas similares para ayudar a los consumidores a realizar un seguimiento de las horas que se emplean en dispositivos iPhone y Android.