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Rastreadores digitales proliferan para buscar y espiar personas

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El rastreador móvil (Cell Tracker) es una aplicación que permite realizar seguimientos desde un móvil hacia otro, identificando los lugares que se han visitado y en qué momentos.

Esta aplicación tiene más de un millón de descargas y, si bien puede utilizarse para fines de ayuda, soporte y vigilancia sana, también se utiliza para fines personales de seguimiento control y acecho, sin el consentimiento de aquel a quien se rastrea.

En el caso del Cell Tracker, se usa como ‘un rastreador para realizar un seguimiento que permite saber todos los lugares que se han visitado en los últimos días con un teléfono Android’, para lo cual es necesario tener acceso físico a otros dispositivos, según explica Jaime Velasco, especialista en seguridad informática y director de los laboratorios de seguridad Alien Vault .’Porque para instalar estas aplicaciones y empezar a controlar, es necesario tener el móvil de la otra persona a mano y poder desbloquearlo.

Quienes más utilizan este tipo de aplicaciones son las parejas, y por consecuencia, tienen mayor acceso para instalarlas. Ante esto, la solución para preservar la privacidad es el código de desbloqueo del teléfono. Otra opción es utilizar, en vez de una contraseña, el Touch ID, es decir, la huella digital, para desbloquear el teléfono, explica Blasco.

Un riesgo adicional con estas aplicaciones de rastreo es que en su mayoría no dejan rastros en el teléfono, es decir, no hay ningún icono que demuestre su instalación.

Estas aplicaciones tampoco envían copias de los datos obtenidos al teléfono espiado, sólo al número que se ha elegido para controlar. De esta manera, una aplicación espía podría estar operando en un móvil sin que el dueño lo supiera.

Existe ya una aplicación llamada Conan Mobile, es gratuita y por ahora sólo está disponible para Android. ‘Analiza qué aplicaciones instaladas en el teléfono están accediendo a tu posición, lista de contactos o mensajes y te informa de ello’, explica Alberto Hernández, director de operaciones de Incibe. ‘Muchas veces descargas una aplicación básica y aparentemente inocua, como la linterna, y resulta que está accediendo a tus datos personales o a tu correo electrónico. Es ahí donde tiene que saltar la alarma’.

Este tipo de espionaje es un delito en muchos lugares, con severos castigos para quienes estén vigilando dispositivos informáticos. ‘La tecnología avanza mucho más rápido que la legislación, pero yo soy optimista y creo que vamos por el buen camino, veremos cambios pronto’, comenta Jaime Blasco.

La lista de opciones para esta actividad es interminable y descargarlas es sencillo, por lo que las autoridades siguen la pista a muchas de estas páginas de Internet y aplicaciones. En algunos casos los programas que se venden presumen ser legales. ‘Sería así, siempre que se usaran para manejar a distancia dispositivos propios y no de terceros’, según explica la inspectora Silvia Barrera, de la unidad policiaca de Investigación Tecnológica.

La página web de MSPY es una aplicación con una interfaz más sofisticada que insiste en que es completamente legal, aunque se presente con el lema: ‘la mejor app para controlar a tus hijos y empleados’. Esta aplicación ofrece un monitoreo total: ‘Nuestro software trabaja registrando toda la actividad sin ser detectado, los datos recopilados son la ubicación GPS, el historial web, imágenes, videos , e-mails, SMS, Skype, WhatsApp, pulsaciones de teclas y muchos más’.

Este programa sustenta su legalidad en que se cuenta con el consentimiento de la persona que se va rastrear, pero el experto en seguridad establece: ‘No son legales. ¿Qué usuario querría aceptar ese control exhaustivo de todos sus movimientos? ¿Para controlarse a sí mismo? Esto es solo una excusa. Por lo tanto, el delito comienza en el momento en que se utilizan estas aplicaciones para controlar a una pareja o a un tercero sin su consentimiento.

Según opinan los expertos, el sistema que utiliza Apple es más seguro que el sistema Android. ‘Es mucho más difícil instalar una aplicación de este tipo en un iPhone, porque Apple tiene una política de aplicaciones mucho más dura y no permite descargar determinadas aplicaciones en las que no conoce al desarrollador del producto’, sostiene Blasco. ‘En cambio, Android utiliza un software libre que permite que las aplicaciones tengan un acceso más fácil al hardware’.

Con información de El País