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Reino Unido urge regular IA ante riesgos para consumidores

El regulador británico insta a garantizar la protección de los consumidores frente al crecimiento de la inteligencia artificial

Inteligencia artificial

La Autoridad de la Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) publicó un informe en el que advierte sobre los riesgos que enfrentan los consumidores si no se regula adecuadamente el creciente mercado de la inteligencia artificial (IA).

El organismo alerta que si un pequeño grupo de empresas llega a obtener o consolidar posiciones dominantes, el mercado podría distorsionarse y no ofrecer los productos y servicios más óptimos para los ciudadanos.

Asimismo, subraya que la competencia por sí sola no es suficiente para garantizar un resultado favorable en el surgimiento de nuevos sistemas de inteligencia artificial.

El informe de la CMA también destaca la importancia de consideraciones como la seguridad, la protección de datos y los derechos de propiedad intelectual en la evolución del sector.

A corto plazo, la falta de competencia podría aumentar la exposición de los ciudadanos a información falsa, fraudes facilitados por la IA y reseñas falsas, según el regulador.

La directora ejecutiva de la CMA, Sarah Cardell, señaló: ‘La rapidez con la que la IA está integrándose en la vida cotidiana de las personas y las empresas es asombrosa. Existe un verdadero potencial para que esta tecnología impulse la productividad y simplifique millones de tareas diarias’.

Sin embargo, advirtió que no se puede dar por sentado un futuro positivo y que persiste el riesgo de que el uso de la IA evolucione de una manera que socave la confianza de los consumidores o sea dominado por unas pocas empresas.

El organismo propuso una serie de principios que deben guiar la regulación de la inteligencia artificial, destacando la necesidad de que los desarrolladores asuman la ‘responsabilidad’ de los resultados y la información que ofrecen a los consumidores.

Además, la futura regulación debe fomentar la diversidad de los modelos existentes, tanto de código abierto como cerrado; la flexibilidad del consumidor para elegir y cambiar de servicios, que deben ser interoperables, y la transparencia en relación con los usos y limitaciones de cada modelo, entre otras pautas propuestas por la CMA.