Samsung, el mayor fabricante mundial de teléfonos inteligentes, ha dejado totalmente de fabricar sus aparatos en China tras años de batallar con las marcas locales, que crecen rápidamente.
La empresa surcoreana confirmó este miércoles su decisión de cerrar la última planta que aún tiene en el país asiático, en la ciudad de Huizhou.
El grupo ha ido trasladando en los últimos años su producción de teléfonos inteligentes a Vietnam, la India y otros países con costos de fabricación más bajos.
«Dentro de nuestros esfuerzos para mejorar la eficiencia de las instalaciones de producción, Samsung Electronics ha tomado la difícil decisión de cesar las operaciones de Samsung Electronics Huizhou», señaló la compañía en un comunicado.
Samsung Electronics ha visto caer su cuota de mercado de los teléfonos móviles en China en favor de rivales nacionales como Xiaomi o Huawei.