En México, el uso de la banca móvil ha tenido un crecimiento más acelerado que el que mostró la banca en línea cuando inició operaciones. El hecho de que 9 de cada 10 mexicanos posean un teléfono celular, smartphone o tableta impulsa el empleo de los servicios financieros en línea y muestra cómo los dispositivos móviles se convierten poco a poco en herramientas eficientes, que no solo nos brindan servicios de valor agregado, sino que nos hacen la vida más cómoda, sobre todo en las grandes ciudades, donde la dinámica de trabajo y convivencia es cada día más dinámica.
Actualmente, el gran reto para la banca es romper el paradigma de la realización de transacciones electrónicas, que en opinión de Jorge Sánchez Barceló, vicepresidente de Banca Electrónica de AMIPCI, se logrará con estrategias integrales que brinden información y herramientas para que cada día el usuario se sienta más cómodo, seguro y logre darse cuenta de las ventajas de realizar operaciones bancarias en línea.
Al hacer la presentación del Estudio Banca Electrónica 2012, Jorge Sánchez Barceló comentó que en esta ocasión se presentan novedades, entre ellas una medición más detallada del empleo de la banca móvil, así como del uso de la banca en línea para transacciones de comercio electrónico y nuevos medios de pago.
Según el estudio, en el último año se registró un 20 por ciento de incremento en el número de usuarios que utilizan sus dispositivos móviles para acceder a los portales de sus bancos y realizar transacciones. De ellos, un 44 por ciento lo hace a través de tabletas electrónicas y el resto mediante teléfonos celulares con diversos sistemas operativos.
Cabe mencionar que un 43 por ciento de los usuarios de la banca móvil accede ya mediante las apps que su banco ofrece para tal efecto, mientras que el 46% lo hace vía el navegador de su dispositivo y el 11 por ciento a través de mensajes SMS en su teléfono celular.
El documento de la Asociación Mexicana de Internet arroja que actualmente suman 40.6 millones los usuarios de internet en el país, de los cuales el 42 por ciento visita portales bancarios y el 29 por ciento realiza transacciones en línea, en una proporción de 2.1 cuentas por usuario.
Entre las principales actividades que realizan, 6 de cada 8 personas emplean los servicios de banca electrónica para realizar pagos de servicios; 55% realiza traspasos entre sus cuentas y la mitad hace transferencias a terceras personas en el mismo banco. Asimismo, un 49 por ciento hace transferencias a otros bancos y el 48% paga sus tarjetas de crédito.
En proporciones menores al 20 por ciento aparecen actividades como la compra de productos, pago de impuestos federales y locales, así como el consumo de información que consideran útil en sus portales bancarios.
Finalmente, el estudio de AMIPCI da seguimiento al tema de la seguridad, un elemento indispensable para generar confianza en los usuarios. En este aspecto, destaca que un 69 por ciento emplea antivirus actualizado para protegerse de los riesgos en las transacciones; un 60 por ciento usa dispositivos de claves electrónicas, 55% usa firewall en su computadora y el 45% emplea software antispam.
Un punto interesante de este estudio, que muestra cómo van cambiando las características del usuario, es que a la pregunta «¿Quién es el responsable de la seguridad de las transacciones?» un 68% de los encuestados contestó que es una responsabilidad compartida entre el banco y el usuario. Por ello, el 93% considera que el no compartir sus claves representa la medida de seguridad más importante para utilizar su banca por internet.
Como vemos, los hábitos de los usuarios de dispositivos móviles están en constante expansión y será necesario desarrollar aplicaciones y productos cada vez más dirigidos a este tipo de herramientas. Por lo pronto, tanto desarrolladores como responsables de los servicios tienen un enorme reto para garantizar la seguridad en las operaciones financieras.