Los ciberataques en América Latina han aumentado un 24% en lo que va de año en comparación con los primeros 8 meses de 2020, según un informe de Kaspersky.
Ecuador se ubica como el país más afectado con un alza del 75%, seguido por Perú (71%), Panamá (60%), Guatemala (43%) y Venezuela (29%).
El Top 20 de malware genera un promedio de 35 ataques por segundo en la región, con Brasil a la cabeza (1,390 intentos de infección por minuto), seguido de México (299 por minuto), Perú (96), Ecuador (89) y Colombia (87).
Según Dmitry Bestuzhev, director del Equipo de Investigación y Análisis de Kaspersky para América Latina, uno de los principales problemas es que los internautas latinoamericanos le abren la puerta a las ciberamenazas a través de programas piratas, lo que permite a los cibercriminales tomar el control total de los dispositivos infectados.
Para lograr la intrusión, los delincuentes también utilizan archivos PDF y troyanos web (un malware que se camufla como un software legítimo) para, por ejemplo, robar datos de tarjetas de crédito.
En tanto, el phishing o ataque de ingeniería social (mediante mensajes de correo fraudulentos) ha disminuido, aunque varios países de la región se encuentran aún entre los más atacados del mundo por esa modalidad.
Considerando la proporción de usuarios atacados durante los primeros ocho meses del año, Brasil figura en el primer lugar con 15.37% de usuarios que registraron algún intento de ataque. Le sigue Ecuador (13.36%), Panamá (12.60%), Chile (11.90%) y Colombia (11.09%), sostiene el informe.
En contraste, Venezuela (7.19%) y la República Dominicana (5.62%) figuran entre las naciones con la menor cantidad de ataques de ingeniería social a nivel mundial.
Kaspersky detectó más de 173,000 intentos de infección a dispositivos móviles entre enero y agosto de este año en la región- un promedio de casi 20 ataques por hora-, contando como una de las principales amenazas los troyanos.
Entre ellos, la firma alertó de los programas espías comerciales conocidos como stalkerware.
Estos son creados por empresas verdaderas que hacen pasar el software como programas para monitorear las actividades en línea de niños o empleados, pero su objetivo real es espiar a cónyuges y parejas, principalmente a las mujeres, y la mayor cantidad víctimas en estos casos están en Brasil, México y Perú.