Las compañías de telecomunicaciones, conscientes de la necesidad de confiar el núcleo de su red 5G (considerada la parte core), confieren su red a múltiples proveedores.
Empresas como Huawei, Nokia, Ericsson, ZTE y Samsung, que se reparten el negocio mundial de 5G con sus respectivas infraestructuras, tanto en la parte de fibra core como de radio, piensan que ‘nadie se atreverá a poner todos los huevos en la misma canasta’.
Los futuros usos de 5G específicos como los coches autónomos, las ciudades inteligentes, la telemedicina o el Internet de las cosas, requerirán tener todos los sistemas tecnológicos y redes replicados y solapados por distintos sistemas y suministradores.
De esta forma, una eventual avería, ataque o brecha de seguridad contra alguno de los proveedores, no comprometería el conjunto del sistema.
Esta estrategia de diversificación de riesgos, que no se ha producido en anteriores generaciones de telefonía móvil, se aplicará en el caso de 5G en la redes troncales y secundarias de fibra que conectan las distintas estaciones base.
Este tipo de exigencia no existe en los accesos a través de radio, que podrían sufrir caídas puntuales y locales, sin comprometer la globalidad de la conectividad.
Elección de proveedores
Las compañías de telecomunicaciones abordarán en las próximas semanas el proceso de selección de proveedores de red para el 5G, tanto en radio como en el núcleo, con vistas a la próxima puesta en marcha del servicio.
Vodafone se adelantó hace dos semanas al resto de sus competidores al lanzar sus primeros servicios de quinta generación, aunque con una infraestructura ajena al estándar stand-alone, al combinar la tecnología de red core de 4G con la de radio de 5G.
En su caso, el operador trabaja con las redes y equipos de Ericsson y Huawei. Precisamente, la multinacional británica reveló esta semana su plan para proporcionar cobertura completa de 5G con las últimas novedades del sistema de radio de Ericsson.
Esto incluye los sistemas 5G en la frecuencia de 3.5 GHz, junto con los de LTE, para multiplicar por 10 las velocidades de descarga de datos del 5G.