El plan de Tesla de construir una nueva planta de ensamblaje en México, es una señal clara de que el país será un centro para la fabricación de vehículos eléctricos, incluso cuando Estados Unidos intenta impulsar la fabricación nacional, basada en sindicatos con la Ley de Reducción de la Inflación de la administración del presidente Joe Biden.
La fábrica planificada en Monterrey será una de las primeras de México dedicada por completo al costoso y complejo proceso de fabricar autos eléctricos.
Durante mucho tiempo, México ha sido una base de suministro para los fabricantes de vehículos a gasolina y diesel, gracias a la mano de obra relativamente barata y acuerdos de libre comercio con 50 países. Estados Unidos tiene acuerdos similares con solo 20 países.
Uno de los acuerdos clave es entre Estados Unidos, Canadá y México, lo que hace posible que los vehículos eléctricos fabricados al sur de la frontera con EU sean más elegibles para hasta 7,500 dólares en créditos fiscales.
Salvo grandes cambios en la ley, los fabricantes de automóviles podrían producir aún más vehículos eléctricos en México, lo que se aleja de los objetivos ‘Made In America’ del senador Joe Manchin cuando ayudó a redactar las disposiciones de la ley.
Para México, el acuerdo con Tesla, con sede en Austin, Texas, es una señal de que las empresas ven al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador como bienvenido a la inversión externa en la industria, dijo Andrés Abadía, economista jefe para América Latina de Pantheon Macroeconomics.
El líder nacionalista que anunció la fábrica de Monterrey. el martes, dijo que obtuvo compromisos ambientales del presidente, ejecutivo de Tesla, Elon Musk, como parte del acuerdo.
‘Si Tesla, la empresa más importante de vehículos eléctricos viene a México, eso le da una muy buena señal al mercado’, dijo Abadía. ‘Disminuye todas las esas noticias un tanto negativas que hemos visto en política, sobre el populismo y nacionalismo’.
También permite un camino potencialmente más barato para los fabricantes de automóviles que intentan reducir gastos.
El salario mínimo mexicano es de 11 dólares al día. Los trabajadores que producen autopartes generalmente ganan poco menos de 700 dólares al mes, mientras que los que fabrican vehículos ganan alrededor de 1,000 dólares, según datos del gobierno analizados por Banco Base, con sede en Monterrey.
Las otras ventajas de México incluyen una base establecida de plantas de autopartes y fuentes de litio que podrían usarse para desarrollar una cadena de suministro de baterías.
Stellantis NV, propietaria de las marcas Jeep y Ram, está considerando una planta en México para la producción de vehículos eléctricos.
Para Tesla y otros fabricantes de automóviles, los acuerdos de libre comercio de México pueden permitirles expandir las exportaciones de vehículos eléctricos.
México es el séptimo fabricante mundial de vehículos de pasajeros, produce aproximadamente 3 millones de autos al año, y el 90% de ellos se exportan principalmente a los Estados Unidos.
Cuando GM anunció su inversión de 1,000 millones de dólares en vehículos eléctricos en México, el exvicepresidente del sindicato, Terry Dittes, lo calificó como ‘una bofetada’.
Stellantis está considerando a México para la producción de vehículos eléctricos, mientras mantiene inactiva una planta en Belvedere, Illinois, un plan que podría enfurecer a los trabajadores sindicalizados si se lleva a cabo.
El presidente de la UAW, Ray Curry, emitió un comunicado el martes llamando a la acción de Belvedere ‘codicia corporativa’.