La campaña mundial del presidente Donald Trump contra Huawei respecto a las redes móviles 5G ha chocado contra un muro, incluso entre sus aliados cercanos.
Hasta el momento, solo un puñado de países, incluidos Australia y Japón, se han unido al llamado de Estados Unidos para boicotear a la compañía china.
Ninguna nación europea lo ha hecho, ni siquiera el Reino Unido, lo que provocó una reprimenda del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en Londres este miércoles.
Mientras tanto, Huawei está acumulando ventas récord, entrando en nuevos mercados, sobrepasando a Apple como fabricante de teléfonos y consolidando su posición como proveedor global líder de equipos de telecomunicaciones.
Aún más, un Huawei confiado, está planeando reconstruir su presencia en Estados Unidos, después de asumir un perfil bajo en los últimos años. Colocó a una experimentada Joy Tan, a cargo de los asuntos públicos en ese país, donde planea una campaña de publicidad impresa, amplificada por las redes sociales, en los próximos meses.
‘Está ganando’, dijo Robert Spalding, un brigadier general retirado de la Fuerza Aérea que fue estratega en el Consejo de Seguridad Nacional bajo Trump, y que habló sobre los riesgos de permitir que China domine la tecnología inalámbrica de nueva generación.
Estados Unidos no parece capaz de ‘hacer nada que pueda cambiar las cosas de manera fundamental’, dijo Spalding, ahora miembro senior del Hudson Institute.
El año pasado, Estados Unidos envió a diplomáticos a todo el mundo a suplicar a otros países que rechacen a Huawei. Entre las acusaciones, dice que la empresa china puede construir puertas traseras en sus equipos, lo que facilita el espionaje del gobierno chino y representa un riesgo de seguridad para las redes móviles de quinta generación que conectarán miles de millones de dispositivos, desde coches autónomos hasta fábricas con cientos de robots y refrigeradores inteligentes.
Estados Unidos también dice que la ley china obliga a Huawei a cooperar con las agencias de espionaje de Beijing y que la empresa ha robado la propiedad intelectual de otras compañías.
A solicitud de Estados Unidos, Canadá desde diciembre ha recluido a Meng Wanzhou, directora financieroa de Huawei e hija mayor de su fundador, Ren Zhengfei, mientras que solicita su extradición por los cargos de violar la sanciones impuestas a Irán.
Las advertencias no han valido para la mayoría de los países, y la razones no son difíciles de encontrar: ‘el equipo de Huawei es confiable, técnicamente avanzado y menos costoso que el de los rivales’, dice Joseph Franell, director ejecutivo de Eastern Oregon Telecom, un proveedor de servicios rurales y uno de los primeros clientes de Huawei.