El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señaló el pasado sábado que, después de sus movimientos para prohibir la red social TikTok en Estados Unidos, su administración estudia más medidas de presión para empresas chinas, incluido el gigante tecnológico Alibaba.
La declaración se produce al día siguiente de que el presidente diera 90 días a ByteDance, propietaria de TikTok, para finalizar las operaciones de la aplicación en Estados Unidos y deshacerse de los datos recabados.
La actividad de la red social, en la que millones de jóvenes comparten videos de corta duración, insistió el presidente, amenaza con perjudicar la seguridad nacional de Estados Unidos.
Trump teme que la aplicación, que ha sido descargada 165 millones de veces en el país norteamericano, sea utilizada por Pekín para espiar.
Durante sus tres años y medio en la Casa Blanca, el mandatario ha convertido en un eje central de su administración la modificación de la relación comercial entre Estados Unidos y China.
En los últimos meses ha llevado a cabo acciones contundentes para mitigar lo que considera amenazas a la seguridad nacional por parte de China, y en particular de su sector tecnológico.
Los expertos creen que, en la recta final de las elecciones, cuando quedan apenas tres meses para que el presidente se someta a una reelección que cada vez se le pone más cuesta arriba, Trump puede redoblar sus presiones contra China, un pulso que aplauden sus bases y que aleja la atención de los graves problemas que atraviesa el país, golpeado por la crisis sanitaria y económica ocasionada por el coronavirus.