América Latina cuenta con un gran potencial y talento humano para avanzar en supercomputación, pero su desarrollo depende de una inversión continua y adecuada en ciencia y tecnología, según destacó el ingeniero español Mateo Valero, reconocido mundialmente en este ámbito.
Durante su visita a Chile, donde fue distinguido con el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Chile, Valero resaltó la importancia de proporcionar a los investigadores de la región acceso a infraestructura avanzada, como la Computación de Alto Rendimiento (HPC) y la Inteligencia Artificial (IA), para que puedan maximizar sus capacidades.
El experto comparó la situación con la evolución del Barcelona Supercomputing Center (BSC), que él fundó en 2004 y que hoy cuenta con más de 1,100 profesionales, de los cuales casi 1,000 son investigadores. Este crecimiento sostenido, señaló Valero, se logró gracias a un enfoque de inversiones constantes y una colaboración estrecha con múltiples sectores.
Valero participó en la Conferencia Latinoamericana de Computación de Alto Rendimiento (CARLA 2024), realizada en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. El evento fomenta el desarrollo de la comunidad de HPC en la región y facilita el intercambio de ideas con expertos internacionales.
El ingeniero subrayó la necesidad de retener el talento local en Latinoamérica y crear las condiciones adecuadas para que los profesionales altamente capacitados contribuyan al desarrollo tecnológico de sus países. Esto implicaría mejorar la colaboración entre instituciones y optimizar los recursos disponibles para alcanzar resultados significativos.
Como ejemplo, Chile ha logrado avances con su Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NLHPC), que recibió una inversión de 1,150 millones de dólares del Fondo de Equipamiento Mayor de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo y del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile. Gracias a ello, se ha incrementado la capacidad de cómputo del clúster Leftraru con la nueva versión ‘Leftraru Epu’, aunque aún no alcanza los niveles de las 500 supercomputadoras más potentes del mundo.
Valero enfatizó que el progreso de la supercomputación en la región debe ser un esfuerzo a largo plazo, con inversiones estables y un enfoque en la colaboración regional para maximizar el impacto de cada país.
