Demis Hassabis, cofundador y CEO de Google DeepMind, aseguró que la próxima década será crucial para el desarrollo de la inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés), una tecnología capaz de abordar múltiples disciplinas con el potencial de contribuir a la cura de numerosas enfermedades.
En el marco del festival SXSW London, el científico británico destacó que su equipo trabaja en el desarrollo de esta AGI con el objetivo de resolver los grandes desafíos de la ciencia. Afirmó que, al superar ciertas barreras, se abrirían nuevas oportunidades de descubrimiento y aplicaciones que hasta ahora no existen.
Esta inteligencia artificial general superaría las capacidades de la IA limitada actual (ANI), y se enmarca en el mismo enfoque que dio origen a AlphaFold, el sistema creado por DeepMind que predice la estructura de las proteínas y que le valió a Hassabis y John M. Jumper el Premio Nobel de Química en 2024.
Según explicó, es necesario aplicar este tipo de tecnologías en campos como la energía y la ciencia de materiales para detonar avances significativos en otras áreas.
Al ser cuestionado sobre su visión ideal respecto al impacto de esta tecnología, mencionó que, en el mejor de los escenarios, el mundo podría alcanzar un nivel de abundancia radical. Si se logran resolver retos clave como el acceso a energía limpia —ya sea mediante baterías más eficientes, materiales solares avanzados o superconductores operando a temperatura ambiente—, sería posible transformar radicalmente la calidad de vida global y enfrentar de manera efectiva la mayoría de las enfermedades.
Hassabis también proyectó que esta transformación podría representar un momento de máximo florecimiento para la humanidad.
Aun así, advirtió que el futuro es incierto y que lo único claro es que habrá un cambio profundo. Comparó este proceso con hitos históricos como la Revolución Industrial o la llegada del internet, aunque señaló que el impacto de la AGI podría ser aún mayor, equiparable al descubrimiento de la electricidad.
El directivo confía en la capacidad humana para adaptarse a este nuevo entorno, recordando que las nuevas generaciones crecerán como nativos de la inteligencia artificial, tal como generaciones anteriores lo hicieron con el internet o la imprenta.
También hizo un llamado a la cooperación internacional para garantizar que el desarrollo de la AGI se base en principios éticos y genere beneficios para toda la humanidad.