Wikileaks comenzó a filtrar información este martes de la publicación de miles de documentos que atribuye a la CIA y que, de ser auténticos, serían las entrañas de un programa de la agencia de inteligencia estadounidense con capacidad para piratear teléfonos, computadoras y televisores con Internet y convertirlos en micrófonos para espiar a sus usuarios.
La publicación de estos códigos y herramientas significa el mayor escándalo desde el caso Manning o Snowden y dejan ver un grave agujero de la seguridad en la CIA, donde la nueva Casa Blanca ha ordenado una operación de limpieza.
Según Wikileaks, la CIA ‘recientemente perdió el control de la mayoría de su arsenal de hacking, incluyendo software, virus maliciosos, troyanos, sistemas de control remoto y documentación asociada’.
‘El archivo parece haber estado circulando de forma no autorizada entre antiguos hackers y proveedores del Gobierno, uno de los cuales le ha proporcionado fragmentos a Wikileaks’, según se añade en un comunicado.
Una parte de la filtración, a la que Wikileaks denomina ‘Año Cero’, consiste en 8,761 documentos y archivos de una red de alta seguridad aislada y situada en el centro que la CIA tiene situado en Langley, Virginia.
El llamado programa ‘Año Cero’ incluiría toda una serie de armas informáticas para poder hackear teléfonos y dispositivos producidos por compañías estadounidenses como los iPhone de Apple, el sistema Android de Google, el Windows de Microsoft o los televisores Samsung con conexión a Internet, que se convertían en micrófonos encubiertos a través de los cuales se podría espiar a los usuarios. El método de ataque a la televisión Samsung se diseñó, según Wikileaks, en cooperación con el Reino Unido.
La CIA, por medio de portavoces, se ha limitado a señalar que no haría comentarlos sobre la autenticidad o contenido de dichos documentos, aunque diversos expertos consultados por medios estadounidenses les han dado credibilidad.
Con información de El País