El Departamento de Comercio estadounidense prohibió el lunes a todas las empresas del país la venta de componentes al gigante chino de las telecomunicaciones ZTE durante los próximos 7 años por no haber cumplido el acuerdo alcanzado con Washington en 2017 tras comprobarse que había comerciado con Irán.
«Desde abril de 2016, ZTE ha aprendido de su experiencia pasada en el cumplimiento del control de las exportaciones, le ha dado una gran importancia a este cumplimiento y lo considera una piedra angular de su estrategia, premisa y base de su línea de operaciones», explicó la compañía en un comunicado.
Agregó que en 2017 invirtió más de 50 millones de dólares en proyectos de control de cumplimiento y que planea destinar aún más recursos en 2018.
La firma destacó que «no cejará en sus esfuerzos para solucionar los problemas a través de la comunicación y el diálogo, y está decidida a salvaguardar sus legítimos derechos e intereses por todos los medios legalmente permitidos».
Protegerá también los intereses de sus empleados, accionistas, clientes, socios y proveedores.
La sanción de EE.UU. a ZTE se basa en que la compañía no solo violó la prohibición de exportar a Irán, sino que también hizo declaraciones falsas a los investigadores, por lo que el fabricante chino de móviles y equipamiento tecnológico acordó pagar en 2017 una multa de 1,192 millones de dólares al Gobierno estadounidense por haber vendido componentes a ese país.
La compañía acordó, además, aplicar una serie de medidas, entre ellas despedir o sancionar a varios ejecutivos por haber violado esa prohibición, pero al no haber cumplido lo pactado el Departamento estadounidense de Comercio activó esta nueva sanción.