Australia busca implementar leyes que obliguen a las tecnológicas a proteger a sus ciudadanos en la digitalización.
Este es el último movimiento del gobierno de izquierda del Partido Laborista para regular las redes sociales, a través de límites de edad y restricciones a la desinformación.
La ministra de Comunicaciones, Michelle Rowland, anunció el plan del gobierno para establecer un ‘Deber de Ciudadano Digital’ en Australia, siguiendo el ejemplo de leyes similares en el Reino Unido y la Unión Europea.
‘Es hora de que la industria demuestre liderazgo y que las redes sociales reconozcan su responsabilidad social’, afirmó Rowland. Esto servirá para ‘mantener a los usuarios seguros y ayudar a prevenir daños en línea’.
En los últimos años, el gobierno australiano ha intensificado sus esfuerzos contra las redes sociales y grandes empresas tecnológicas, con el objetivo de combatir lo que considera una ola de desinformación y contenido perjudicial, especialmente dirigido a los niños, que domina los espacios digitales en el país.
A principios de noviembre, el primer ministro Anthony Albanese anunció la prohibición del uso de redes sociales para menores de 16 años, trasladando a las empresas tecnológicas la responsabilidad de hacer cumplir este límite de edad. Se espera que las nuevas leyes se presenten en las próximas semanas y entren en vigor un año después de ser aprobadas por el parlamento.
Ante estas regulaciones, Meta Platforms, matriz de Facebook e Instagram, solicitó que los límites de edad sean gestionados por las tiendas de aplicaciones, como las de Google y Apple, en lugar de ser responsabilidad de las plataformas mismas. El gobierno ha evaluado esta solicitud, pero aún no ha anunciado qué multas enfrentarán las empresas ni qué información será necesaria para verificar la edad.
Simultáneamente, Albanese ha avanzado con leyes controvertidas para abordar la desinformación en línea, lo que ha sido calificado por los opositores como un ataque a la libertad de expresión.
Estas iniciativas contra las grandes tecnológicas ya han provocado enfrentamientos con actores clave, como el empresario Elon Musk, quien calificó al primer ministro y a su gobierno de ‘fascistas’.