La indignación moral que generan las noticias poco confiables es un factor clave para la rápida propagación de desinformación en plataformas digitales, según un estudio publicado en Science.
Investigadores de universidades estadounidenses analizaron cómo los usuarios de redes sociales, como Facebook y Twitter, tienden a compartir información errónea que les provoca enojo y repugnancia, a menudo sin verificar su veracidad.
El estudio también sugiere que estrategias como animar a los usuarios a comprobar la exactitud de la información antes de compartirla podrían no ser efectivas. La combinación de indignación moral y los algoritmos de las plataformas, que priorizan contenidos que generan interacción, amplifican la propagación de datos falsos.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores realizaron experimentos conductuales y analizaron datos de redes sociales durante varios periodos. Descubrieron que la indignación moral, definida como una mezcla de ira y rechazo ante transgresiones éticas, no solo fomenta la difusión de desinformación, sino que también incrementa la participación de los usuarios en línea.
Estos hallazgos subrayan cómo las dinámicas de las redes sociales y sus sistemas de clasificación pueden intensificar los efectos de la desinformación, facilitando su alcance masivo.