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Alertan sobre la creciente amenaza cibernética en EU

El director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, alertó hoy de la creciente amenaza cibernética a la que tienen que enfrentarse el Gobierno y las compañías estadounidenses.

El alto funcionario presentó ante el Comité de Inteligencia del Senado el informe anual sobre amenazas contra intereses de Estados Unidos en el mundo, como el terrorismo, los ciberataques y las armas nucleares.

Clapper subrayó lo «rápido» que está cambiando el mundo y el entorno de las amenazas, que se han convertido en «más diversas, interconectadas y virales que nunca antes en la historia».

«Los ataques, que pueden implicar armas cibernéticas y financieras, pueden ser desmentidos y no atribuibles», dijo el funcionario en su testimonio ante el comité, donde advirtió que «la destrucción puede ser invisible, latente y progresiva».

Acompañado en la audiencia por el nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Brennan, y el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, Clapper señaló que la comunidad de inteligencia se encuentra en un momento de «transformación» por la interrelación con la tecnología.

«En algunos casos, el mundo está aplicando las tecnologías digitales más rápido que nuestra capacidad de comprender las implicaciones en la seguridad y para mitigar los riesgos potenciales», añadió.

En este contexto, Clapper destacó la «importancia» y la «urgencia» de que haya una mayor integración entre las agencias de inteligencia. «Nuestro progreso no puede parar», dijo.

De momento, de todos modos, los servicios de inteligencia estadounidenses consideran que hay una «remota posibilidad» de que se produzca un ciberataque de gran magnitud en Estados Unidos en los próximos dos años que afecte a las grandes infraestructuras o que cause cortes de energía eléctrica.

Las naciones «más avanzadas» en cibernética, que tendrían la posibilidad de llevar a cabo ese tipo de ataques, es «poco probable» que lo hagan, según el análisis, mientras que otros países no tienen la capacidad tecnológica.

No obstante, otros actores «podrían llevar a cabo ataques cibernéticos menos sofisticados, como represalia o provocación», con la intención de causar daño en algunas redes que no estén protegidas suficientemente, aunque su impacto creen que sería limitado.

Entidades financieras estadounidenses han sido objeto de ataques cibernéticos y, según dijo, los servicios de espionaje extranjeros ya han atacado las redes informáticas de los organismos gubernamentales y empresas privadas.

El funcionario también hizo hincapié en el programa nuclear de Corea del Norte, que consideró una «seria amenaza» para Estados Unidos y para la región del este asiático.

Corea del Norte anunció el pasado 12 de febrero que realizó su tercera prueba nuclear y en diciembre de 2012 logró poner en órbita un satélite, lo que según la inteligencia estadounidense «demuestra que está comprometido a desarrollar tecnología de misiles de largo alcance que pude suponer un peligro directo para Estados Unidos».

Como en años anteriores, el informe de inteligencia estadounidense señala que Irán sigue desarrollando capacidades nucleares, pero que los líderes de ese país todavía no han decidido si construir un arma nuclear. Además aseguró que Irán no podría producir uranio altamente enriquecido como para construir un arma nuclear sin ser detectado antes.

En materia terrorista indicó que Al-Qaeda y Al-Qaeda en el Magreb Islámico continúan siendo una amenaza para Estados Unidos y los intereses occidentales, pero las pérdidas que ha sufrido en su cúpula desde 2008 la han debilitado y «es probable que el grupo no pueda llevar a cabo ataques complejos a gran escala en occidente».

Por otra parte también hizo referencia a la inestabilidad que ha causado la «Primavera Árabe» ya que «aunque algunos países han avanzado hacia la democracia, la mayoría están experimentando incertidumbre, violencia y retroceso político».

En este sentido, el informe sostiene que los líderes islamistas han sido los principales beneficiarios de la reciente apertura política y los partidos islamistas de Egipto, Túnez y Marruecos, «solidificarán su influencia» en el próximo año.

En el apartado dedicado a Latinoamérica, destaca algunas «tendencias positivas» como la profundización de los principios democráticos, pero también algunos retos como las «altas tasas de violencia» en Centroamérica, la corrupción institucional en algunos países de la región y la falta de capacidad para reaccionar ante desastres naturales.

EFE