Japón quiere definir el bitcoin como una mercancía similar al oro y no como una divisa, en lo que supondría un movimiento pionero en la regulación de la controvertida moneda virtual, informaron hoy los medios nipones.
Al calor de la reciente quiebra de Mt.Gox, la conocida casa de cambio de bitcoin domiciliada en Tokio, la administración nipona quiere regular el comercio de esta moneda y planea ya unas directrices, precursoras en este terreno.
Según fuentes cercanas al asunto, se trataría de clasificar la moneda como un bien similar a metales preciosos como el oro o la plata, apuntó la agencia Kyodo.
El pasado viernes Mt.Gox anunció un desfase en sus cuentas de casi 3,000 millones de yenes (unos 21.3 millones de euros), y reveló además la desaparición de 850,000 bitcoins que había detectado a principios de febrero.
De ellos, 750,000 pertenecían a sus clientes y el resto a la compañía, que cifró su pérdida en 11.400 millones de yenes (unos 81.2 millones de euros) por el supuesto ciberataque.
Mt.Gox se plantea presentar una demanda por este robo, algo que puede resultar complicado debido a que la divisa no cuenta con protección legal alguna.
Ante dicha situación, el Gabinete del primer ministro Shinzo Abe tiene previsto aprobar esta semana una primera serie de directivas, según explicó hoy el diario económico Nikkei, que servirían como base para aprobar en el futuro una legislación al respecto.
Según ese marco, las ganancias derivadas del comercio online de bitcoins, los procesos de compra realizados con la criptodivisa y las rentas obtenidas por empresas en esa moneda estarían sujetas a impuestos en Japón, pese a que realizar un seguimiento de esta naturaleza puede ser muy complejo para la autoridad fiscal nipona.
Por otra parte, los bancos japoneses tendrían prohibido el manejo de la moneda electrónica, al igual que las casas de valores del país asiático.
De este modo, Japón se convertiría en la primera economía que regularía el bitcoin, lo que podría incitar a otros Estados a adoptar marcos similares.
Hasta ahora algunos países como China o Rusia han buscado tan solo limitar o ilegalizar el uso del bitcoin, en circulación desde 2009, sin crear un marco que regule su intercambio.
EFE