Con las nuevas tecnologías de impresión 3D, se podrán fábricar fármacos personalizados, según las necesidades de cada paciente.
Algo importante es que se podrán crear comprimidos con la dosis justa de los principios activos que necesite un paciente, lo cual es muy importante, por ejemplo en anticoagulantes o inmunodepresores, lo cual por ahora se hace usando las presentaciones con dos dosis estándar disponibles a granel del fabricante, que cuando mucho se pueden partir dificultosamente para ajustar las dosis.
También es importante que el paciente podrá combinar en un solo comprimido dosis de varios principios activos, con lo que se reduce el número de comprimidos a tomar cada día; en este caso al ajustar las dosis de cada uno de los principios activos se puede tener en cuenta las posibles interacciones entre ellos.
Por otro lado se puede jugar con la forma y el color de los medicamentos, haciendo los más atractivos para los niños.
También se podrá manipular con cómo se deposita el o los principios activos dentro del comprimido y regular en qué parte del tracto intestinal se libera el principio activo y la velocidad con que se absorbe, lo cual también tiene un interés terapéutico.
Un aspecto muy importante es que se pueden usar impresoras 3D comerciales de uso doméstico para crear este tipo de medicamentos. Esto ha sido demostrado en la Escuela de la Farmacia de la University College de Londres, donde han conseguido imprimir comprimidos usando los procesos de modelado por deposición fundida y de estereolitografía con una impresora Replicator 2X y con una Form 1+, respectivamente.
Falta desde luego conocer como éstas técnicas se aplican en la práctica, ya que por ahora los resultados obtenidos son in vitro y aún hacen falta pruebas en animales y después los correspondientes ensayos clínicos, por no hablar de una regulación, que por ahora es inexistente, respecto al uso de impresoras 3D en farmacias. Pero desde luego las posibilidades parecen apasionantes.
En Estados Unidos ya se comercializa el primer medicamento impreso en 3D a escala industrial, en concreto se trata de comprimidos de Spritam, un fármaco utilizado en el tratamiento del epilepsia, que se imprime en 3D, gracias a un método que le empresa Aprecia ha bautizado como ZipDose.
Por ahora no deja de sorprendernos ver cómo se imprimen piezas para un avión o prótesis para sustituir huesos. La revolución de la impresión 3D aplicada a los medicamentos promete resultados muy esperanzadores.
Con información de El País