Bajo la premisa de que la movilidad en la fotografía es la regla de oro, el smartphone es el dispositivo perfecto, en la medida en que, gracias a su portabilidad, se pueden tomar fotografías de manera instantánea, en cualquier lugar y momento.
La competencia voraz entre los smartphones ha hecho que la incorporación de cámaras fotográficas no sólo resulten más cómodas, sino que, en términos de calidad y medida en pixeles, también se han logrado muy altos estándares.
En 2008 Apple lanzó su segunda versión de su teléfono inteligente, el iPhone 3G, que ya incorporaba una cámara de 2 Mpx, suficiente para quienes requerían tomar fotografías en cualquier lugar y momento, sin embargo, siendo este un terreno muy apetitoso para los fabricantes, se generó una despiadada competencia centrada en los megapíxeles.
Fue entonces cuando los envíos de cámaras digitales se fueron reduciendo consistentemente año tras año. Esta reducción afectó especialmente a las cámaras con lente incorporada. Las compactas se habían caracterizado por ser cámaras digitales usadas por la gran mayoría de personas que sólo buscaban tomar recuerdos de manera sencilla.
Desde luego, el fenómeno no ha afectado a las cámaras con lentes intercambiables, ya que están orientadas a un sector mucho más profesional, para quienes las cámaras en teléfonos todavía se quedan cortas.
A la par del crecimiento en la demanda de los teléfonos inteligentes, se generó el auge de plataformas y redes sociales, con lo cual se agregó un atributo importante a los smartphones que las cámaras digitales no podían aprovechar.
La llegada de plataformas como Flickr también comenzó a popularizarse entre los fotógrafos digitales, sin embargo, el iPhone también llegó a estas plataformas y las imágenes resultaban cada vez más móviles. A Flickr le siguieron Twitter, Facebook e Instagram, que apostaban por completo por la toma de imágenes a través de móvil de una manera fácil y directa.
A todo esto habrá que agregar la última innovación de Apple: un sistema de fotografía con posibilidad de desenfoque, que recuerda mucho el efecto que se puede conseguir con muchas cámaras reflex digitales.
Con información de El Economista.es