En todo el mundo se busca desarrollar iniciativas que lleven por delante el adjetivo ‘ciudad inteligente‘, con lo cual pretenden encontrar otro modelo de ciudad que satisfaga las necesidades presentes y futuras de los ciudadanos y su entorno.
Con este objetivo se han reunido representantes de más de 105 países en el congreso Smart City Forum, celebrado en Yinchuan, China, que pretende liderar el proyecto en este país asiático y ha sido organizado por TM Forum.
Con la idea de definir el concepto de ciudad inteligente y ante las miles de opciones y la vaguedad de las propuestas, se ha centrado el debate en un nuevo aspecto: ¿qué necesitan los residentes de una ciudad inteligente?
Ante esta propuesta, se presentaron más de 60 ponentes que plantearon algunas ideas exitosas en sus urbes, que pueden inspirar al resto del planeta. Estas van desde ahorrar en las facturas, mejorar transportes públicos, crear aplicaciones para trámites oficiales desde el móvil, hasta ofrecer datos abiertos para la creación de empresas.
Ahorro en energía
El Gobierno británico, por ejemplo, acaba de lanzar su campaña Smart Meters (contadores inteligentes), con lo que pretenden instalar 53 millones de contadores inteligentes en Inglaterra, Gales y Escocia.
Se han fijado un plazo hasta el 2020 para llegar a todos los hogares de la isla. De momento ya llevan 4 millones. ‘Queremos darle a la gente un control real sobre la energía que está usando, ayudarle a entender sus facturas y permitirle ver cuánto le cuesta la energía que gasta’, asegura Rob Smith, el portavoz de Smart Energy GB, encargado de explicar el proyecto en este evento.
Esta aplicación opera en tiempo real y no necesita WiFi, ya que funciona con ondas de radio, mostrando gráficas de uso y gasto por día, semana o mes; y además comunica al proveedor de energía el consumo exacto.
Tráfico
Este es el eterno problema, siempre pendiente por resolver. En Nueva York, la solución que ha encontrado la administración de Bill de Blasio está en los autobuses. Lo primero es que van a ser todos eléctricos, aseguró Projjal Dutta, Director de iniciativas sostenibles de transporte de la ciudad.
En 2014 se terminó de instalar un GPS en todos los camiones de la flota, de manera que los usuarios pueden consultar en una app el recorrido y la llegada del autobús. Incluso, es posible recibir un mensaje cuando el vehículo se esté aproximando. Pero el proyecto ha avanzado aún más con la colocación de sensores también en los semáforos. De esta manera, los camiones alertan automáticamente a los semáforos cuando se están acercando para que el paso se anticipe. Esto permite priorizar su paso en las intersecciones y reduce el tiempo de viaje en el camión alrededor de un 20%, lo que favorece el uso del transporte público.
En otras ciudades como Copenhague, Sidney y Curitiba también se han instalado sensores en los camiones para comunicarse con los semáforos inteligentes y garantizar un tráfico más fluido y rápido.
Trámites oficiales desde el móvil
En Tel Aviv, Israel, después de una encuesta entre los ciudadanos, los residentes comentaron que amaban la ciudad pero detestaban al Ayuntamiento. A partir de esto nació el DigiTel en 2013, que es una aplicación de móvil que permite a los ciudadanos pagar el agua y las facturas municipales, registrarse para un lugar en escuela pública, pedir permiso de estacionamiento o enviar fotos de baches y carreteras en mal estado.
La app ha sido descargada por 30,000 personas y provee además información sobre restaurantes cercanos o estacionamiento de bicicletas y coches, según la localización.
En Palo Alto, California, el Ayuntamiento lanzó en junio una aplicación que permite a los ciudadanos comunicar incidentes y acceder a servicios locales en cualquier momento del día y de la semana. ‘No queremos que vayan al Ayuntamiento, queremos que puedan contactar con nosotros a través del móvil’, aseguró Jonathan Riechental, responsable de información de Palo Alto.
Nuevas empresas
Big Data, el almacenamiento de millones de datos en la nube, tiene infinitas posibilidades y beneficios y además un gran problema: muy pocas personas saben exactamente qué es y para qué sirve. Los ciudadanos están de acuerdo en que se usen sus datos si esto les reporta algún beneficio a ellos o a la sociedad en general. Es en este punto donde algunos gobiernos quieren influir, como es el caso de Tampere, en Finlandia.
Este Ayuntamiento decidió recolectar datos de sus ciudadanos relativos al tráfico, la posición geográfica, el turismo y el consumo. Se trata de datos agregados, donde la cantidad es tan inmensa que resulta imposible identificar algún individuo, pero pueden servir para marcar tendencias, brindar una visión de conjunto o, como pretende el Ayuntamiento: crear oportunidades de negocio.
La representación de Francia en el evento estuvo a cargo de San Quintin, una pequeña ciudad de apenas 60,000 habitantes. Su alcaldesa, Frédérique Macarez, que lleva apenas un año como alcaldesa y 12 años de experiencia en el Ayuntamiento, tiene claro la senda que persigue: ‘tenemos que preparar el futuro de la gente. El trabajo de nuestros hijos no va a tener nada que ver con el nuestro, tenemos que informarles para eso’, explica al diario El País.
Con este objetivo en mente, ha tomado varias decisiones a todos los niveles educativos: inaugurar un festival de robótica para niños en el que puedan, durante una semana, crear sus propios robots; realizar varias jornadas en los colegios e institutos con expertos de empresas en programación; intercambios de fábricas que utilicen robots; abrir un nuevo grado en la universidad sobre robots digitales, y por último, ofrecer cursos para las personas desempleadas sobre programación informática.
‘En Francia tenemos mucha gente sin empleo y, al mismo tiempo, recibo solicitudes de muchas empresas que necesitan ingenieros expertos en robótica y programación. Entonces cuál es mi deber: ofrecer la posibilidad de formarse en esto’, declara Macarez.
Con información de El País