Las empresas fintech han crecido en América Latina, sin embargo aún muestran un grado de subdesarrollo a causa de la baja captación de dinero.
Este tipo de empresas tecnológicas que ofrecen servicios financieros participa solo con 600 millones de dólares de inversión en América Latina, mientras que a nivel global, entre 23,000 y 26,000 millones de dólares son destinados a la inversión de fintech.
Según datos recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 15 países de la región se han identificado 703 empresas destinadas a soluciones financieras, y solo entre 2014 y 2016 se han creado tres de cada cinco fintech.
El informe Emprendimientos Fintech en América Latina, creado en conjunto entre el BID y Finnovista, detalla que en 2012 se registraron el 7.7% de las fintech existentes, cifra que ha crecido hasta 2016.
En 2013 el porcentaje llegó a 14.4%, mientras que en 2014 fue de 15.1%, en 2015 de 23.2% y en 2016 de 21.8%.
Por países, los que mayor fintech han desarrollado están Brasil con 230, México (180), Colombia (84), Argentina (72), Chile (65), Perú (16), Ecuador (13) y Uruguay (12).
A pesar de los buenos índices de crecimiento, América Latina avanza a tasas menores si se compara a nivel regional con Europa, Asia y Oriente Medio.
‘La captación de dinero para desarrollo de fintech en Latinoamérica es aún baja, asegura Allen Cuelli, director senior de soluciones de productos y habilitación de nuevos tipos de pagos de Visa para América Latina y el Caribe.
A nivel subregional, Centroamérica y el Caribe es la que menor participación en el sector posee debido a que el acceso al capital y la comunidad destinada a la creación de esas herramientas ‘es menos madura’, según Cuelli.
‘A nivel macro Latinoamérica está subdesarrollada en cuanto a inversión, pero los inversionistas están viendo que hay grandes oportunidades aquí y hay más dinero que está llegando, muchos de los jugadores globales están diciendo que ahora el tiempo es para Latinoamérica’, señala el ejecutivo.
La desventaja de la región también se vio influenciada por el rechazo de la banca a estas compañías, pues ‘hace cinco años las entidades veían las fintech como una amenaza‘, algo que ha cambiado, pero que en algunas oportunidades persiste, lo cual podría resultar en perjuicio para el propio mercado.
‘Los bancos deben tener su enfoque en mejorar la experiencia del cliente final, si no la están mejorando, si la experiencia es tediosa (los clientes) van a encontrar otra solución, los bancos se han dado cuenta de eso y quieren colaborar, algunos lo ven como amenaza y ahí el tiempo dirá, pero quienes ofrecen mejor experiencia a los consumidores son los que van a ser los ganadores’, explica Cuelli.
Para esto, las fintech han diversificado sus ofertas de servicio, siendo las plataformas destinadas a financiación alternativa la que mayor terreno abarca en el sector con el 25.6%.
A esto se suman los servicios de pagos (25.25%), gestión de finanzas empresariales (13.2%), empresas de tecnología para instituciones financieras (8%) y trading y mercado de valores (5.5%), entre otros.
EFE