Las contraseñas tienden a desaparecer y la seguridad en la Red será tan importante que dependerá de algo físico.
Un equipo dirigido por Michael Sirivianos, profesor de la Universidad de Tecnología de Chipre, creó un sistema con este fin.
ReCRED es un sistema donde la seguridad depende del acceso al móvil mediante factores biométricos: huella, reconocimiento facial.
“Esto pasa la carga de la autenticación del usuario al móvil que siempre llevamos encima”, explica Sirivianos, que cree que este sistema se generalizará en un plazo de cinco años.
Google y otras plataformas ya ofrecen el doble factor de autenticación: si se activa esta modalidad, el acceso a la cuenta de la computadora se controla desde el teléfono móvil.
Google ofrece ya su Sistema de Seguridad Avanzado, que obliga a comprar dos llaves físicas, limita las apps de terceros dentro del correo y trata de interceptar mensajes de suplantación de identidad.
Otro modo de abandonar las contraseñas será el análisis del comportamiento online.
“Hoy se investiga en sistemas de autenticación continua que monitorizan las acciones del usuario. Si el comportamiento difiere suficientemente de lo esperado, el sistema toma medidas”, dice Andrés Marín, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid.
La magnitud del negocio del hackeo es enorme. Mark Risher, director de seguridad de Google no explica si hay incluso gobiernos tras de algunos esfuerzos criminales: “Es posible localizar dónde está la gente, pero no vale la pena dedicar muchos recursos a localizar quién está detrás de los mismos tipos de ataques que provienen de muchos adversarios distintos”.
“Es su negocio provechoso. Hay grupos donde un equipo investiga, otro trabaja con infraestructura (servidores), otros preparan los mensajes e incluso un cuarto aporta recursos humanos y salarios. Algunos tienen oficinas por todo el mundo para cubrir los diferentes husos horarios”, concluye Risher.