Por Neeti Mehta, SVP y Cofundadora de Automation Anywhere
Reflexionando sobre las últimas dos décadas que he pasado en Silicon Valley, nunca antes la tecnología había estado tan ligada a todas las facetas de la vida humana como ahora.
Los dispositivos en nuestros hogares están conectados a Internet o activados por voz; los asistentes virtuales inteligentes pueden hacer reservaciones en restaurantes y programar nuestras citas de forma independiente; e incluso, manejamos autos que pueden estacionarse solos y aviones que vuelan solos.
Sin embargo, el cambio más dramático es la completa transformación de la forma en que trabajamos.
Para finales del próximo año, se espera que casi la mitad de todas las empresas globales utilicen la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), bots de software que trabajan codo a codo con los humanos y automatizan el trabajo repetitivo que hacemos.
Esto hace al RPA la categoría de software empresarial de más rápido crecimiento en el mundo.
A medida que ‘el futuro del trabajo’ se convierte en el presente, dando lugar al punto de intersección total entre la humanidad y la tecnología, debemos preguntarnos: ¿cómo es la ética corporativa en la era de los trabajadores humanos y digitales? y ¿cómo es que sirve esto a la sociedad como un todo?
Despliegue ético de IA y automatización
Aquí se presentan tres recomendaciones que los líderes empresariales deben tener en cuenta para garantizar un despliegue ético de inteligencia artificial (IA) y automatización, así como también para lograr un impacto positivo en la organización a partir de estas tecnologías:
1. Hacer de la diversidad una prioridad principal
El cambio radical en la sociedad trae consigo un cambio fundamental en la confianza. La automatización y, especialmente la inteligencia artificial, vienen con un conjunto único de problemas de confianza: la tecnología no solo es nueva, sino que promete disrumpir casi todas las industrias existentes.
La diversidad es el factor más importante en cómo la automatización y la inteligencia artificial transformarán a la sociedad.
Impactará no solo a quienes crean y usan la tecnología, sino también a las personas afectadas por los algoritmos generados. Y, sin embargo, la industria de la IA se enfrenta también a una marcada brecha de género.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, solo el 22% de los profesionales de IA son mujeres y, con base en una investigación comisionada por Automation Anywhere, las mujeres enfrentan un mayor riesgo de verse afectadas negativamente por la IA y la tecnología de automatización.
La falta de diversidad fomenta sesgos y reduce el enfoque de los problemas que se buscan resolver con nuevas tecnologías. Por el contrario, el pensamiento diverso en los niveles más altos de la industria puede ayudar a promover la innovación y garantizar que estas tecnologías se utilicen para beneficiar a diferentes grupos y demográficos.
Si puedo ofrecer un consejo a los líderes empresariales, sería contratar a más mujeres, contratar a personas de diversos orígenes, contratar a personas con perspectivas diferentes a las suyas, y escuchar lo que tienen que decir para obtener información y habilidades valiosas.
2. Poner los valores humanos primero
La duda sobre si los bots erradican o permean el sesgo es una pregunta equivocada. Los bots están hechos por humanos y son tan morales y éticos como los humanos que están detrás de la toma de decisiones estratégicas. Los bots no tienen pensamientos, sentimientos o empatía.
Entonces, ¿cómo le enseñas a un bot a comportarse correctamente? En una última instancia, todo se reduce a lo humano detrás del algoritmo.
Le insto a mantener un concepto a la vanguardia de sus decisiones estratégicas sobre la ética del futuro del trabajo: la sostenibilidad ética de los valores humanos. Necesitamos continuar valorando a los trabajadores humanos, sus contribuciones y mantener los valores que nos hacen humanos, como la empatía, la amabilidad, la alegría, el respeto, la creatividad y la pasión.
La fuerza laboral digital ofrece un beneficio económico innegable en forma de mayor productividad, cero errores netos y menores costos.
Sin embargo, es el compromiso incesante de mantener los valores humanos lo que determinará si los trabajadores dedican el tiempo que ahorran a emprendimientos que nunca podrán automatizarse: aplicando el ingenio humano, la tenacidad y la creatividad hacia el crecimiento económico y los problemas más acuciantes de la sociedad.
3. Educar para la fuerza laboral digital
¿Cómo nos aseguramos de que colectivamente los humanos estén mejor a largo plazo con las nuevas formas de trabajo? Todo comienza con la educación.
Según el Foro Económico Mundial, para 2022 la nueva tecnología creará 133 millones de nuevos empleos (en comparación con solo 75 millones de roles en declive).
Estos trabajos priorizarán el pensamiento analítico, la creatividad y la resolución de problemas complejos, por encima de habilidades como la destreza manual, la memoria y la comprensión lectora.
Preparar al mundo para la futura fuerza laboral no solo recae en las instituciones académicas para empoderar a los trabajadores del mañana.
Las empresas deben invertir en programas de actualización para ayudar a los empleados de hoy a adaptarse y prosperar en este nuevo orden económico.
Por ejemplo, en Automation Anywhere University hemos capacitado a más de 350,000 desarrolladores, analistas de negocios, socios y estudiantes en RPA. Imaginemos el impacto si todas las grandes empresas lanzaran programas similares: una fuerza laboral bien posicionada para los 133 millones de nuevos empleos del mañana.
Si nos hacemos responsables del despliegue ético de la inteligencia artificial y la automatización, priorizamos a las personas sobre las ganancias, la diversidad sobre el status quo y promulgamos el mayor beneficio para la mayor cantidad de trabajadores. Creo que el legado de estas tecnologías será de prosperidad y de progreso humano.