El anuncio de Amazon de que planea hacer entregas de paquetería con ‘drones’ en un futuro cercano ha avivado el debate en Estados Unidos sobre el uso comercial de esos artefactos, además de las dudas sobre la viabilidad de hacer negocio mediante una tecnología que en su mayor parte sigue sin estar regulada.
El plan revelado el domingo por el presidente de Amazon, Jeff Bezos, para tener listo en unos cuatro o cinco años un programa de entrega con drones ha suscitado entusiasmo, pero también escepticismo ante una serie de retos que, según los expertos, podrían impedir que la idea despegue.
La idea ha generado reacciones desde Twitter, donde la cuenta de parodia @AmazonDrone suma ya más de 9,000 seguidores bajo el lema «aterrorizando los cielos con paquetes minúsculos de cosas», hasta el Senado de Estados Unidos, donde está prevista una audiencia en 2014 sobre el impacto de los drones en la vida civil.
«Los planes de Amazon para usar drones para la entrega de paquetes son sólo un ejemplo del potencial que ofrece esta tecnología a los consumidores, y un reflejo de la innovación de los negocios estadounidenses», dijo a la cadena Fox News el senador Jay Rockefeller, que preside el comité de Comercio, donde tendrá lugar la audiencia.
«Tenemos que asegurarnos de que estas aeronaves cumplen estándares rigurosos de seguridad y privacidad», agregó el legislador demócrata.
Esos mismos retos son los que señalan los más escépticos con el plan de Bezos, que recuerdan que la Agencia Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés), decidió en 2007 que los drones no deberían emplearse para usos comerciales, si bien tiene previsto emitir nuevas regulaciones de seguridad en 2014.
«Tecnológicamente, (la idea de Amazon) es posible. La pregunta es: ¿es segura?», dijo a la revista Político el presidente de la asociación comercial estadounidense para Sistemas Vehiculares No Tripulados, Mike Toscano.
Otros críticos apuntan a la dificultad logística de llevar los drones, apodados ‘octocópteros’ y capaces de transportar paquetes de hasta dos kilogramos, hasta los patios traseros o puertas de entrada de cada consumidor.
«Hay que pensar en el entorno en el que opera Amazon y otras empresas de mensajería. Hay muchos edificios altos, muchos vehículos, muchos peatones», señaló George Novak, un representante de la Asociación de Industrias Aeronáuticas (AIA) a Politico.
La posibilidad de que los drones sean pirateados para facilitar el robo de los paquetes o de los propios artefactos es otra variable señalada por muchos analistas.
Y en un país donde muchos ya ven con recelo el impacto que tiene en su privacidad el uso de drones para tareas de seguridad, tampoco han tardado en hacerse oír los defensores de ese derecho.