Un equipo de ingenieros de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, creó un robot inspirado en las ardillas, capaz de aterrizar y saltar entre ramas.
El diseño se detalla en la revista Science Robotics y, de acuerdo con sus creadores, representa un avance hacia la fabricación de robots más ágiles, con la capacidad de moverse entre estructuras como vigas en edificios en construcción, cables o tuberías, además de explorar entornos boscosos y las copas de los árboles.
Las ardillas son consideradas excelentes atletas en la naturaleza debido a su habilidad para maniobrar y escapar con precisión. El objetivo de esta investigación fue analizar sus estrategias de control al saltar y aplicarlas en el desarrollo de robots más dinámicos.
Mediante sensores y grabaciones en video, los científicos observaron que las ardillas absorben la mayor parte de la energía cinética del salto con sus patas delanteras, mientras que el equilibrio depende de cómo ajustan la fuerza de frenado aplicada a la rama al aterrizar.
Basándose en estos principios, el equipo liderado por Justin Yim rediseñó un robot de una sola pata desarrollado en 2016 en la misma universidad. Este modelo, llamado Salto, ya era capaz de realizar movimientos similares al parkour en superficies planas, pero el reto consistía en lograr aterrizajes precisos sobre estructuras delgadas.
El equilibrio tras un salto sobre una viga estrecha es un desafío para los robots, ya que deben controlar el impulso con un punto de apoyo limitado. Mientras que los simios utilizan su agarre para sujetarse, las ardillas pueden mantenerse erguidas sin una fuerza de sujeción similar.
Con base en esto, los investigadores diseñaron un sistema que permite a un robot aterrizar y equilibrarse sin necesidad de una gran fuerza de agarre, mediante el control de las fuerzas a lo largo de su pata.
Aunque los robots de una sola pierna pueden parecer inestables, este diseño es ideal para alcanzar grandes alturas en un solo salto, explica Yim.
Para evaluar su desempeño, equiparon a Salto con una pinza ligera en la punta del pie y realizaron pruebas en las que intentó moverse entre ramas y mantener el equilibrio. En 30 intentos, aterrizó con éxito en 25 ocasiones y cayó en 5. De los aterrizajes exitosos, en 2 logró mantenerse erguido, mientras que en los demás se sujetó a la rama y se balanceó por encima o por debajo de ella.
Salto necesita ajustar la orientación de su pata en el aire antes de aterrizar, lo que lo obliga a realizar saltos más pronunciados en comparación con las ardillas, que logran equilibrarse con sus extremidades delanteras después de saltos más cortos.
Los investigadores señalan que futuras mejoras podrían optimizar el control del equilibrio del robot.
