El confinamiento por el COVID-19 ha convertido a las personas en ‘seres digitales por decreto’, en opinión de Ezequiel Szafir, director de Openbank, una tendencia que favorece que el futuro de los bancos sea más como Amazon.
El gigante del comercio electrónico ‘asimiló algo real, que es el comercio minorista, y simplemente lo convirtió en digital’, dijo Szafir, exejecutivo de Amazon, contratado en 2015 para supervisar la nueva plataforma en línea de Openbank. ‘Estamos tratando de hacer la misma transformación en la banca’.
En una encuesta realizada por McKinsey a mediados de abril, se encontró un salto de hasta 20% en el uso de canales digitales en toda Europa. La pandemia está dando un nuevo impulso en la operación de los bancos. Buscan acelerar los planes para promover plataformas heredadas a la nube, un proceso lento y a menudo costoso.
Algunos también están construyendo plataformas en línea independientes desde cero o utilizando soluciones estándar diseñadas por compañías fintech, que pueden ser más rápidas y baratas.
‘Muchos grupos bancarios están adoptando una estrategia y diversidad que combina el esfuerzo de transformar el banco original y también el desarrollo de un neobanco o, al menos, algunas soluciones rápidas, a veces en alianza confintech’, dijo Francisco Uria, jefe de finanzas de Europa, Medio Oriente y África.
Según un informe de Accenture, los bancos de todo el mundo gastarán al rededor de 1 billón de dólares durante tres años para llevar a cabo más operaciones en línea. El gasto en transformación digital ha sido liderado por bancos estadounidenses como JP Morgan Chase, destinando 11.4 mil millones al año.
‘Es la única forma en que seguirán siendo competitivos’, dijo Antony Jenkins, quien fue el CEO de Barclays Bank entre 2012 y 2015, siendo ahora presidente y fundador de 10x Future Technology. ‘Ya están bajo presión porque tienen que competir con fintech y big tech. Necesitan ser más ágiles, llevar estas funcionalidades al mercado más rápido’.
Los bancos europeos pueden esperar que los ingresos caigan más del 40%, lo que significa que les tomará cuatro años que volver a los niveles anteriores al COVID, según el informe de McKinsey.
Con un aumento en las tasas de interés de los mínimos históricos retrasados por la crisis, la supervivencia requerirá una reducción de costos. Esto significará cerrar muchas más sucursales, recortar trabajos y llevar el programa a Internet.
La relación costo-ingresos para los bancos tradicionales es del 55% al 60% en comparación con la mitad que le corresponde a los prestamistas en línea. La presidenta de Santander, Ana Botin, dijo a los inversores que la expansión de Openbank le permitiría alcanzar un índice de 25%-35%, un nivel que todo el grupo podría alcanzar a largo plazo. La relación costo-ingresos del Santander en 2018 fue del 47%, según S&P Global.
Santander está invirtiendo 5,600 millones de dólares al año para poner sus datos del sistema heredados en la nube, incluso cuando Openbank se expande desde España a otros 10 mercados.
En el Reino Unido, Royal Bank of Scotland está trabajando en la plataforma de negocios digitales Mettle. Nationwide Building Society está trabajando con la tecnología 10x Futures, mientras que Lloyds Bank Group está haciendo algo similar con el proveedor de plataformas digitales nativo de la nube Thought Machine.
La arquitectura abierta allana el camino para la colaboración entre instituciones financieras, algo que está siendo alentado por las autoridades reguladoras, con la iniciativa de banca abierta en el Reino Unido y la directiva PSD2 en la Unión Europea.