Desde consejos peligrosos sobre dietas hasta desinformación, ciberacoso y discursos de odio, la cantidad de contenido en línea que puede dañar a los niños crece cada día.
Varios países europeos están cansados de esta situación y coinciden en que la Unión Europea debe tomar medidas más contundentes para evitar que los menores tengan acceso indiscriminado a las redes sociales.
La UE ya cuenta con algunas de las regulaciones digitales más estrictas del mundo para controlar a las grandes tecnológicas, con varias investigaciones en curso sobre cómo las plataformas protegen —o no— a los niños.
Con el apoyo de Francia y España, Grecia impulsó una propuesta para que la UE limite el uso de plataformas digitales por parte de los niños, debido a la creciente evidencia sobre los efectos negativos que las redes sociales tienen en la salud mental y física de los menores.
El viernes, en Luxemburgo, los representantes de los países de la UE discutieron la idea de establecer una edad mínima para ser considerado adulto digital, lo que significaría que los niños no podrían usar redes sociales sin el consentimiento de sus padres. Australia ya prohibió el uso de redes sociales para menores de 16 años, con esta medida entrando en vigor a finales de este año. Nueva Zelanda y Noruega también están considerando prohibiciones similares.
Después de las conversaciones en Luxemburgo, no pareció haber un interés real, por ahora, en implementar una prohibición a nivel europeo para niños menores de cierta edad. Sin embargo, la ministra danesa de digitalización, Caroline Stage Olsen, aseguró que seguirán impulsando esta medida y que continuará siendo una lucha.
La máxima funcionaria digital de la UE, Henna Virkkunen, reconoció que establecer límites de edad específicos será complicado por diversas razones, como las diferencias entre países y la aplicación práctica de la medida.
Aun así, la Comisión Europea, que supervisa la regulación digital, planea lanzar el próximo mes una aplicación para verificar la edad, insistiendo en que se puede hacer sin revelar datos personales.
Un paso muy importante fue que, el mes pasado, la UE publicó unas directrices preliminares no vinculantes para que las plataformas protejan a los menores. Estas serán definitivas cuando concluya una consulta pública este mes. Entre las medidas propuestas está que las cuentas infantiles estén configuradas como privadas por defecto y que sea más fácil bloquear o silenciar usuarios.
El problema es que niños desde los siete u ocho años pueden crear cuentas en redes sociales, aunque la edad mínima sea 13, simplemente poniendo una fecha de nacimiento falsa.
Si los europeos se ponen de acuerdo en que esto debe parar y en que debe haber un sistema real de verificación de edad, entonces los niños menores de 13 años no podrían usar estas plataformas, explicó Chappaz.
Francia ha sido líder en endurecer las reglas para las plataformas y, en 2023, aprobó una ley que exige consentimiento parental para usuarios menores de 15 años, pero esta medida aún no ha recibido la aprobación definitiva de la UE para entrar en vigor.
TikTok, que también enfrenta presión del gobierno francés, prohibió el domingo la etiqueta #SkinnyTok, que promueve la extrema delgadez en la plataforma.
Verificación de edad integrada
Francia, Grecia y España también expresaron preocupación porque los algoritmos de las plataformas digitales aumentan la exposición de los niños a contenido adictivo y dañino, lo que puede empeorar problemas como ansiedad, depresión y baja autoestima.
Su propuesta, apoyada además por Chipre y Eslovenia, señala que el exceso de tiempo frente a las pantallas a temprana edad afecta el desarrollo de habilidades críticas y sociales en los menores.
Por eso piden una aplicación a nivel europeo que apoye los mecanismos de control parental, permita una verificación adecuada de la edad y limite el uso de ciertas apps por parte de los menores.
La idea es que dispositivos como los teléfonos tengan incorporada la verificación de edad.
La semana pasada inició una investigación contra cuatro plataformas pornográficas por sospechas de que no evitan que menores vean contenido para adultos.