Internet es la herramienta clave para el desarrollo, pero si no se impulsan políticas públicas y privadas que mejoren su gobernanza y la conectividad, puede causar un aumento en la brecha social e impactar negativamente en la economía, señaló hoy la OCDE.
En esta nueva era existe una intrínseca relación entre economía e Internet, pues este permitirá a una nación ‘cerrar la brecha’ o quedarse ‘hasta atrás’, dijo Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
‘No usarlo tiene unas consecuencias muy severas y usarlo nos permite cerrar brechas’, afirmó en el marco de la reunión ministerial de la OCDE sobre la Economía Digital que arrancó hoy en Cancún.
Esta oportunidad para ‘subirse al tren’ es apremiante en México, donde un 42% de la población está conectada a Internet frente al 81% en promedio de los 34 países que conforman la OCDE, si bien el porcentaje en jóvenes menores de 30 años es mucho más alto.
Según pronósticos de la OCDE, la contribución a la economía de Internet será de 4.2 billones de dólares en 2016.
‘Internet es el ecualizador más grande que hemos visto en la historia, pero más de la mitad de la población mundial continúa sin línea’, señaló el presidente de la Comisión Mundial sobre Gobernanza de Internet (GCIG), Carl Bildt.
Esto ha hecho de esta herramienta, que ha permitido la transición a la era digital, un arma de doble filo: ‘Corremos el riesgo de crear un mundo de dos mitades, quienes tienen y no tienen Internet’, remarcó.
Bildt expresó que todo país que quiera competir en una economía global deberá, además, asegurar a sus ciudadanos conexión a Internet.
‘Internet desafía las jerarquías tradicionales y los límites culturales. Su gobernanza debe por ello basarse en mecanismos formales y normas que evolucionan para sacar provecho de su enorme poder de proporcionar oportunidades económicas y de seguridad’, destaca un informe de la GCIG presentado hoy por la OCDE.
Por todo ello, la OCDE identifica que el Internet del futuro ‘habrá de ser abierto, seguro, confiable y accesible’.
Y garantizar todo ello requiere cooperación internacional y a todos los niveles, del Gobierno a la industria pasando por el ciudadano.
Solo así se construirá un futuro de la red positivo, pues la OCDE identifica dos escenarios mucho más negros.
El más negativo es el de un ‘ciberespacio peligroso y segmentado’ donde abunda el crimen y el espionaje de datos personales.
El costo del cibercrimen solo en 2016 puede elevarse hasta los 445,000 millones de dólares, de acuerdo con la organización.
Un segundo escenario es el de un mal reparto de los ‘dividendos digitales’ -tanto económicos como en términos de conocimiento-, que acrecentaría las diferencias entre sociedades y naciones.
Por el contrario, se ha de buscar este tercer escenario en el que Internet crea ‘oportunidades sin precedente’ y aúpa la justicia social, los derechos humanos y el acceso al conocimiento.
La Comisión prevé un mundo en el que ‘Internet alcance su pleno potencial económico y social, donde los derechos humanos fundamentales, tales como la privacidad y la libertad de expresión, están protegidos en línea’.
Este futuro, el más optimista de todos, solo se logrará con un acuerdo universal que conlleve un pacto social para que Internet sea cada vez más accesible, incluyente, seguro y digno de confianza.
EFE