Intel está capitalizando incentivos gubernamentales, como la Ley de Chips y Ciencia, para lograr una expansión sin precedentes.
Sin embargo, incluso con ese respaldo, es una empresa costosa que está inquietando a los inversionistas.
A principios de este año, la compañía ya había señalado que sus finanzas de fabricación estaban bajo una presión significativa mientras intenta restaurar sus capacidades tecnológicas y construir su infraestructura.
El director financiero Dave Zinsner, junto con el CEO Pat Gelsinger, reconoció que aún hay margen considerable para mejorar. Sin embargo, separar el grupo de fabricación y tratar a la división de productos de la empresa como un cliente ya ha reportado beneficios. Zinsner señaló una drástica reducción en las costosas solicitudes de trabajo acelerado y chips de prueba.
Además, la empresa ha asegurado algunos clientes importantes. En febrero, anunció que el esfuerzo de diseño de chips interno de Microsoft se convertirá en un cliente para su negocio de fundición.
Gelsinger mencionó que han superado las expectativas en la incorporación de otros clientes, aunque no puede revelar sus nombres debido a sus políticas de confidencialidad.
