La industria de semiconductores enfrenta un momento crítico: los límites de costo, física, procesamiento y complejidad hacen cada vez más difícil innovar mediante los métodos tradicionales de diseño en silicio.
Hoy en día, el desarrollo de silicio es extraordinariamente caro, sin siquiera considerar los desafíos para avanzar más allá del proceso de 2 nm.
Actualmente, la industria está en la fase de los 3 nm, donde las características de un chip se aproximan al tamaño de una hebra de ADN.
A medida que la tecnología se acerca a escalas menores, como los 2 nm, los costos y la complejidad de la fabricación aumentan exponencialmente, convirtiendo cada avance en un esfuerzo significativo y costoso.
Además, la demanda de potencia de procesamiento sigue creciendo a niveles sin precedentes impulsados por la inteligencia artificial, lo que lleva a diseños de chips cada vez más complejos.
Dicho de manera sencilla, el modelo actual no es sostenible. La industria de semiconductores necesita explorar alternativas más allá del diseño tradicional en silicio para superar estos desafíos y mantener la innovación tecnológica. Una de estas alternativas es el uso de chiplets.
Los chiplets, que pueden combinarse y empaquetarse para crear sistemas de silicio más grandes, complejos y potentes, generan menos desperdicio durante el proceso de fabricación en comparación con los chips monolíticos. En los diseños monolíticos, un solo defecto puede inutilizar todo el chip, mientras que en un diseño de chiplets, los defectos afectan solo al chiplet dañado, sin afectar al resto.
Además de mejorar el rendimiento en fabricación, los chiplets son más económicos y fáciles de producir que los chips monolíticos, lo que reduce los costos generales de fabricación, especialmente para diseños complejos que requieren procesos avanzados.
En términos de rendimiento, los chiplets permiten un enfoque de cómputo heterogéneo, ideal para aplicaciones de inteligencia artificial. Esto facilita la integración de diferentes componentes de cómputo, como CPU, GPU y NPU, en un solo paquete de chiplets, optimizando diversas cargas de trabajo basadas en IA.
El rendimiento habilitado por los chiplets es escalable y rentable. En lugar de diseñar un chip completamente nuevo, los fabricantes de silicio pueden simplemente añadir más chiplets para incrementar la potencia y el rendimiento computacional o mejorar chiplets existentes, lo que también acelera el tiempo de lanzamiento de nuevos productos al mercado.
Los chiplets representan la próxima gran evolución en el despliegue de silicio, abriendo oportunidades sin precedentes y resolviendo muchos desafíos actuales.
Gracias a los chiplets, la industria podrá desarrollar diseños más avanzados e innovadores, con menores costos y tiempos de producción, proporcionando la potencia de procesamiento necesaria para la era de la inteligencia artificial.