Contar con múltiples canales de venta está generando un cambio histórico para las empresas: conocer al consumidor final. Hoy en día, los clientes están comprando directamente del productor, lo que está eliminando los intermediarios. Desde el punto de vista logístico, esto significó que las empresas tuvieran que adecuar sus procesos, y desde el punto de vista comercial, permitió que las empresas se pudieran acercar mucho más a su clientes, incluso hasta poder personalizar los pedidos con sus necesidades.
Actualmente, los avances tecnológicos relacionados con la venta de un producto hacen que las empresas tengan que cubrir esas demandas modificando sus procesos para poder cumplir en tiempo y forma con las promesas que se hacen en múltiples canales de venta, transformando sus procesos logísticos.
Dependiendo del lugar donde se ponen en venta los productos, el nivel de servicio es distinto. Por ejemplo, vender en un sitio de remates no es igual que en un local comercial establecido. Este tipo de gestiones hace que se deba modificar la cadena de suministros para estar a tono con la omnicanalidad.
Ya se ha desarrollado una nueva capa de soluciones intermedias, que es fundamentalmente un motor de reglas que define de qué manera la empresa está atendiendo los distintos requerimientos en función a toda la red de distribución. Éste precisa quién es el que los atiende cuando provienen de la web o de la tienda, y cuál es el centro de distribución que estará supliendo esta demanda.
Hoy en día las cadenas de suministro deben ser suficientemente flexibles y ágiles como para responder en tiempo y forma a las necesidades del mercado.
Además, se deben preocupar del nivel de priorización de las entregas, en función de rentabilidad, niveles de servicio, tipo de cuenta, clientes o canales, y cómo se irán desarrollando los temas de logística con base en esta nueva ola generada por el comercio electrónico.
Casi todas las empresas han adoptado este nuevo modelo. La cadena de suministro de hace 10 años atrás quedó superada por el día a día, y las empresas que no han tenido las herramientas, los procesos, la tecnología y el personal lo suficientemente hábil, rápido, ágil y flexible como para ir adecuando sus cadenas de suministro han dejado de existir, y probablemente muchas más tengan este mismo destino.
Por Claudia Chirino, Gerente de Preventas de Aplicaciones de Oracle